PORTAZO

El muro del sur se alza de nuevo

México se suma a la lista de naciones cuya solución para las migraciones es impedir el paso. Eso no resuelve nada, pero crea una complicación adicional

OPINIÓN

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Rafael Cardona / Portazo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Como en muchas otras cosas de la vida, el lenguaje oficial se enreda entre sus definiciones y sus acciones.

Por años, sobre todo como justificante del fracaso económico expulsor de mano de obra hacia Estados Unidos, se insistió en el derecho humano de la migración y en torno de ese concepto se alzó toda una filosofía del respeto a los inmigrantes, ya sean temporales o permanentes. Jamás lo cumplimos con los extranjeros, de la manera como lo exigimos para los mexicanos en otro país.

La matanza de San Fernando, Tamaulipas, hace 13 años, desnudó la indefensión de los migrantes en los caminos de la República Mexicana. Ese múltiple crimen —sin embargo— fue cometido por delincuentes.

Hoy las cosas siguen igual, pero con una agravante: las muertes múltiples ocurren en instalaciones del propio gobierno, sin consecuencias punitivas para nadie, a plena luz del día y sin cambios sustanciales de organización o de cualquier otro tipo.

México se suma a la lista de naciones cuya solución para las migraciones es muy simple: impedir el paso de las personas. 

Eso no resuelve nada, pero crea una complicación adicional, ¿qué hacer con expulsados, perseguidos, hambrientos y después de todo presos? No los dejen pasar. Algo que no soluciona el problema, nada más lo acumula.

Los “albergues” migratorios, nunca tendrán capacidad suficiente. Y aun si la tuvieran, no tienen condiciones de seguridad. Cuarenta muertos lo dicen a gritos.  

Entre octubre (22) y este fin de marzo, fueron expulsadas de Estados Unidos a México 600 mil personas, y algunos directo a sus países de origen. 

Voluntariamente, este país ha aceptado alojar sin trámite alguno, excepto el acuerdo con Estados Unidos, a 360 mil venezolanos,
cubanos, haitianos y nicaragüenses cada año. ¿Qué hacemos con ellos?

Y por si eso fuera poco, nos ufanamos de la voluntad personal del Presidente de la República, quien ha dispuesto 25 mil soldados de la Guardia Nacional para taponar la frontera con Guatemala. El mejor migrante es el migrante varado.

Soldados en la frontera sur de Estados Unidos con el
señor Alejandro Mayorkas, secretario estadounidense de Seguridad Nacional, blandiendo el garrote. Quien entre indocumentado será considerado delincuente. Y nosotros, con la frontera norte repleta y sin recursos.

Y en el sur, hacemos otro tanto: sellamos los pasos y hablamos de orden y seguridad. No existe ni una cosa ni la otra. En Juárez perdimos toda autoridad moral.

Hoy, en plena guerra corcholatera le vuelven a encargar el paquete al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. No va a poder. Nadie podría, es la verdad.

Pero alguien gana en todo esto: AAL, el secretario de Gobernación, quien mira pasar el problema y se regocija, desde ahora, del fracaso ebrardiano. En varios sentidos.

RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

MAAZ