Uno es demasiado viejo.
El otro es demasiado polémico.
Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos se plantean como una opción entre candidatos que parecen irremediables pero no exactamente lo que sus partidos quisieran.
Para los demócratas, el principal y seguro candidato se llama Joe Biden, Presidente de los EU, que a sus 80 años ya es el hombre de mayor edad jamás en la Casa Blanca y que en caso de ser reelecto dejaría la Presidencia a los 86 años.
Por tradición, el presidente que busca la reelección enfrenta poca resistencia de su partido.
Pero es su edad la que lo convierte en un problema para los demócratas, que desearían a alguien más joven y más carismático, pero parecen resignarse ante una necesidad de unificación mayor: evitar que los republicanos hagan más avances y sobre todo que ganen la presidencia.
Porque tal como se ven las cosas, los republicanos parecen empeñados en lograr la elección de su candidato, así sea Donald Trump, que es precisamente el aspirante más detestado por los demócratas y uno que despierta preocupaciones en su propio partido.
Trump enfrenta por un lado un número de juicios, presentes y futuros, tanto por las actividades financieras de sus empresas en Nueva York, como una acusación por violacion y difamación, también en esa ciudad.
Luego están los probables procesos relacionados con sus intentos de interferir en las elecciones de 2020, en el estado de Georgia, y lo que resulte de la investigación del Departamento de Justicia sobre sus posibles responsabilidades en actos que condujeron a la asonada del seis de enero de 2021.
Y eso sin contar que Trump alardea, entre otras cosas, de haber propiciado la revocación del derecho de aborto al haber nombrado a tres de los seis jueces que hoy constituyen la mayoría en la Suprema Corte de Justicia. Igualmente, de empujar contra los derechos de las minorías.
Y son precisamente esos logros los que preocupan a un número importante de estadounidenses, no necesariamente involucrados con los demócratas pero sí más que recelosos de Trump y sus propuestas ideológicas, adaptadas de o acatadas por grupos de extrema derecha.
En la balanza, puede pesar menos la edad de Biden que el deseo de cerrarle el paso a Trump o a sus imitadores.
La situación es tanto más complicada porque los partidos políticos estadounidenses parecen estar en una baja mientras el número de independientes se incrementa. Porcentualmente las encuestas más recientes señalan que un 50 pc de los votantes se declaran ahora no-afiliados y el resto se divide casi por partes iguales entre republicanos y demócratas.
Ciertamente ninguno de los dos es el candidato ideal de su partido, oficialmente al menos. Igualmente que unos y otros desearían alternativas diferentes. Pero la situación político-electoral "es lo que es" y a reserva de sorpresas, siempre posibles, las elecciones de 2024 serán entre Biden y Trump.
A gustar o no.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
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