Las dos pruebas que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá ofrecer al de Estados Unidos (EU) en la etapa de consultas técnicas por la política de prohibición de importación de maíz transgénico son: (1) la evidencia de que el maíz transgénico causa enfermedades, como cáncer; y (2) la evidencia de que, si México importa maíz transgénico, el maíz criollo mexicano desaparecerá.
No parece haber ninguna de las dos, sino únicamente creencias míticas. Nadie ha probado que el maíz transgénico hace daño, y nadie ha probado que su importación implica la desaparición de las especies nativas del país. México está actuando mañosamente. En la conferencia mañanera el Presidente ha dicho que EU debe probar que no es dañino ese producto, asignando la carga de la prueba a ese país, cuando en realidad quien tendría que probar que es dañino es México.
En otras palabras: es como si una persona acusa a alguien de ladrón y la policía lo encarcela exigiéndole al acusado que debe probar que no lo es, cuando en realidad el acusador es quien debe dar la evidencia de los hurtos.
Por esa debilidad de la argumentación mexicana es que el gobierno de Estados Unidos se sintió con la confianza de detonar el mecanismo de consultas, que podrían derivar en un panel de solución de controversias en pocas semanas.
Ahora el Presidente quiere que se integre un comité científico binacional que haga estudios al respecto.
Pero lo que México está haciendo es un juego sucio, porque la ciencia ya existe, y es concluyente de que el maíz transgénico no hace daño.
Un buen análisis de gran parte de lo publicado hasta ahora está escrito en un artículo de la revista científica Nature titulado Impact of genetically engineered maize on agronomic, environmental and toxicological traits: a meta-analysis of 21 years of field data, en el que los investigadores Maco Nuti, Laura Ercoli, Stefano Bedini y Elisa Pellegrino revisaron toda la literatura científica publicada entre los años 1996 y 2016, y concluyeron no sólo que la productividad de las cosechas de maíz genéticamente modificado se incrementaba entre 5.6 por ciento y 24.5 por ciento, sino que también provee una disminución muy notoria de micotoxinas carcinogénicas (equivalente a una caída de 28.8 por ciento).
Esto implica que una dieta que incluye maíz transgénico puede ayudar a disminuir la exposición de los seres humanos a dichas micotoxinas.
La evidencia científica internacional de décadas demuestra exactamente lo contrario a los mitos que está difundiendo mañosamente el Gobierno.
FESTIVAL DE LAS IDEAS
A partir de hoy se lleva a cabo en Puebla el Festival de las Ideas 2023, un evento del Centro Ricardo B. Salinas Pliego que cuenta con el apoyo del gobierno de Puebla. El cineasta James Cameron será una de las grandes figuras en el escenario.
POR CARLOS MOTA
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MAAZ