La fierecilla domada no es traducción exacta del shakespeariano The Taming of the Shrew. Si bien el verbo inglés to tame tiene correspondencia exacta con nuestro “domar”, shrew no es bien a bien fiera (animal salvaje o agresivo y, en su tercera acepción, persona cruel o de carácter malo y violento). Aún diminutivizado, fierecilla entraña cierta grandeza: viene del latín ferus, “salvaje” y “cruel” pero también “orgulloso” (como en el adjetivo francés fier, de idéntica etimología); shrew es en cambio, en su acepción primerísima –y también zoológica–, un mamífero placentario del orden de los eulipotyphia, cuyo nombre latino es soricidae. Una musaraña.
Las musarañas son hiperactivas y comen de manera constante, para lo cual se sirven de unos dientecillos romos de tanto uso; su herramienta de caza será el veneno que infiltran a sus presas no por morsura sino por secreción. Ajetreadas, insaciables y ponzoñosas, habrían de dar origen ya desde aquel siglo XVI al término metonímico shrew, usado para designar a una mujer malhumorada y regañona. Caricatura que al tiempo que reduce a la mujer a la animalidad le escatima la fiera majestad de una leona –la hace mutar en irritante plaga, de hecho–, la shrew terminaría por devenir estereotipo cómico, inaugurado por Shakespeare pero replicado en toda suerte de narrativas hasta bien entrado el siglo XX.
Lo que hace que la comedia shakespeariana de marras resulte problemática en estos tiempos de política identitaria y renuevo del activismo de género no es sólo su título sino su trama misma, en que una mujer asertiva y, diríase hoy, empoderada es “domada” por su marido merced a privaciones materiales y torturas psicológicas entre las que figura lo que hoy llamamos gaslighting.
Trufada de algunos de los diálogos más desternillantes y agudos del canon shakesperiano, objeto de montajes que van de una versión de Max Reinhardt que la troca en commedia dell’arte a un musical pirandelliano de Cole Porter, trágico sería consignar The Taming of the Shrew al basurero de la historia por su incorrección política. ¿Qué hacer? La respuesta la anunció esta semana Aurora Cano, directora de la Compañía Nacional de Teatro: el próximo mayo, la directora Xhaíl Espadas dirigirá con el elenco de la CNT Fieras, montaje que no cambiará una coma al texto shakespeariano pero que, significación escénica mediante, lo hará devenir la tragedia sexista que es.
Digno de celebración es un proyecto que no pretende borrar o reescribir la literatura o la historia sino interpelarlas para problematizarlas y problematizarnos. Que el anuncio haya sido formulado dos días antes del 8 de marzo es una esperanza para quienes cultivamos el pensamiento complejo. Que lo haya hecho una mujer con la que me ligan décadas de historia profesional como personal es un orgullo.
POR NICOLÁS ALVARADO
COLABORADOR
IG: @nicolasalvaradolector
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