LA ENCERRONA

El humanismo mexicano (¿?)

No es posible que se politice (en el peor de los sentidos) la vida de seres humanos y que, además, se laven las manos con una ligereza desalmada

El humanismo mexicano (¿?)
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

“Esta tragedia es un recordatorio desgarrador de los riesgos que enfrentan los migrantes y refugiados en todo el mundo” António Guterres.

Humo, fuego, personas tras las rejas, autoridades en el recinto paseando sin saber qué hacer, llamaradas en la división donde se encuentran los detenidos, personas uniformadas saliendo sin reparar en otra vida humana que no fuera la propia. Esto fue lo que se pudo observar a través de un video de seguridad del Instituto Nacional de Migración (INM), retomado y viralizado en redes sociales. Un video de espanto, el cual conjuga la falta de sensibilidad de un ser humano hacia su par, la inexistencia absoluta de protocolos de seguridad y protección civil que se vive en dicho recinto y la completa falta de capacitación y coordinación de las autoridades.

Lo que se observa en este atroz incidente que se llevó a cabo la noche del lunes en el INM en su módulo de Ciudad Juárez, fue que los detenidos prendieron a uno de los colchones a manera de protesta y el fuego consumió todo a su paso, dejando 39 muertos (cifra oficial del INM que difiere con los 42 que exponen los representantes de relaciones exteriores de Guatemala y Honduras) y casi 30 heridos. Entre las víctimas se contabilizaron a personas procedentes de Guatemala, en su mayoría, además de Honduras, Venezuela y Colombia.

Sumado a la crueldad vista en el video, lo que desenmascara esta tragedia es la gran crisis que se vive en materia de migración. Si bien esto no es un tópico nuevo, en esta administración se han adoptado medidas poco efectivas —por decir lo menos— en este rubro: militarizar la frontera sur para disuadir a la fuerza a las personas que quieren ingresar a nuestro país, medida tomada por presión del otrora presidente estadounidense Donald Trump, así como el título 42; después, la inexperiencia en los mandos medios en las delegaciones del INM, así como la negligencia del titular de esta institución; señalamiento estéril de culpas (coloquialmente dicho, “pasar la bolita”) entre secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores, aunque legal y formalmente el INM depende directamente de Gobernación, y como colofón, una “mañanera” completamente desafortunada.

Repito, aunque el fenómeno de la migración no sea para nada nuevo en nuestro país, las formas importan. En la auto llamada Cuarta Transformación, importa más la lealtad (90%) que la experiencia (10%), dicho presidencial que echa por la borda la profesionalización de la función pública, lo que debilita las instituciones, mina la confianza de la sociedad y devienen en tragedias que pudieron haber sido prevenidas. Es decir, hoy el Instituto Nacional de Migración pasa por sus horas más oscuras debido a la falta de articulación y negligencia institucional, así, sin cortapisas, pues resulta muy obvio que la delegación en Ciudad Juárez no es una excepción, sino la regla.

Se anuncia que ya hay procesos judiciales para los presuntos responsables, sin embargo, en un país mínimamente civilizado, esta catástrofe debería, al menos, llevar a juicio a los mandos altos e incluso al mismo Presidente. No es posible que se politice (en el peor de los sentidos) la vida de seres humanos y que, además, se “laven las manos” con una ligereza desalmada, ¿o acaso a esto refiere el “nuevo humanismo mexicano”? El fortalecimiento del marco institucional, la experiencia del funcionariado y la capacidad salvan vidas, no es algo que se pueda desdeñar de un plumazo.

 

POR ADRIANA SARUR

COLABORADORA

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM / @ASARUR

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