Mucho se presume el incremento al salario mínimo, para quedar en $207.44 pesos, o el aumento de los días de vacaciones, de 6 a 12 días, durante el primer año. Pero un fenómeno conocido como pobreza laboral, parece seguir de cerca a la mayor parte de la población mexicana.
La anterior situación, ha generado, dentro de las familias, una reducción de aquellos elementos fundamentales de bienestar, como la adquisición de provisiones nutricionales suficientes, más allá de la simple canasta básica; que se complementan con tener un hogar digno, el transporte, los cuidados de salud, la posibilidad de tener vacaciones recreacionales; y tantas cosas necesarias y útiles, que forman parte de un entorno equilibrado.
Quiere decir lo anterior que, a pesar del incremento en escalada del salario mínimo, los trabajadores, simplemente, se enfilan a tener menos de todo.
Qué hablen los datos. La inflación anual, este enero de 2023, fue de (8.1%), eso quiere decir que de tu salario mensual tendrás que restar dicho porcentaje.
Si realizamos un comparativo del promedio general de ingresos, de la población formal por $11,670 pesos, con la cantidad, determinada como línea de pobreza por ingresos, de $4,275.9 pesos, podremos entender el crecimiento de los problemas económicos de una parte de la población, que se acerca vertiginosamente hacia el precipicio de carencias. Lineas_de_Pobreza_por_Ingresos_ene_2023.pdf (coneval.org.mx)
Antes de continuar es indispensable hacer notar la arbitraria determinación del monto establecido como parámetro del comienzo de la pobreza, ya que, a la vista de muchos ciudadanos, dicho monto es justamente, el salario con el que millones de personas, subsisten todos los días.
El CONEVAL calcula la línea de pobreza, apoyado en varios supuestos, como son: rezago educativo, acceso a la salud, acceso a la seguridad social, calidad, servicios básicos y espacios de la vivienda, alimentación, grado de cohesión social e ingreso. Analizando algunos de los parámetros, se aprecia un rezago educativo monumental, ya que México, ocupa el lugar 102 de 137 países, según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) realizado por la OCDE.
Por lo que hace a la Seguridad Social, quiero que se pregunten cuantas horas o días, los enfermos esperan una cama para hospitalización. Según datos del propio gobierno, en las instituciones públicas la espera es en promedio 91 minutos. Pero la realidad, suele ser muy distinta.
Según la estadística del INEGI, que estima los ingresos de cada habitante, por la clase a la que pertenece, determina que los de menor poder adquisitivo, (clase baja), representan el 56%, de la población económicamente activa, según el instituto. Lo que implica que esto generará una ola expansiva que irá permeando a la clase media, impidiendo un mejor futuro. Empleo y ocupación (inegi.org.mx)
La pobreza laboral es uno de los peores fracasos dentro de las políticas públicas de cualquier país, porque tiene consecuencias visibles, a corto y largo plazo, tales como los ayunos prolongados, causantes de desnutrición, e inestabilidad del potencial intelectual, productivo de adultos, así como de infantes y jóvenes, una movilidad social restringida, determinante de pobreza; la demanda de productos de baja calidad en ropa y utensilios; así como la precariedad de bienestar familiar y educativo. En fin, implica trabajar, para continuar siendo pobres.
En México, suele tenerse la percepción de que el tipo de cambio influye en el poder adquisitivo, pero como podemos darnos cuenta, la inflación, dejó de vincularse a la fluctuación del dólar americano. Actualmente el poder adquisitivo, no se percibe directamente por el sistema cambiario, sino a través de la canasta básica, es entonces cuando el ingreso comienza a ser difuso.
Teniendo una perspectiva para un mejor futuro, el ajuste de las políticas laborales, deberían partir del cuidado y promoción de empleos de alta calidad, evitando tantos formalismos para la implementación de nuevas modalidades de empresa. Hemos visto que un país puede crecer con estructuras claras que pongan límites a las empresas, pero no bajo el absurdo argumento de una lucha de clases, que ni es lucha, ni tiene clase.
POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB
LSN