Claraboya

Más de lo mismo

El diagnóstico del movimiento es evidentemente claro y correcto en lo general, lo que sigue sin aparecer es esa plataforma en la que no prevalezcan aquellos vicios políticos de los cuales la ciudadanía se hartó

Más de lo mismo
Azul Etcheverry / Claraboya / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Recientemente se acaba de dar a conocer un nuevo colectivo con el que personas de diversos ámbitos de la sociedad civil, empresarial y político que se define como un espacio de pensamiento que busca dar salida a lo que considera una crisis profunda en México por sus índices de desigualdad, discriminación, pobreza, violencia y corrupción. Entre sus prioridades está mejorar los sistemas de salud, la educación integral y elevar la calidad de vida de las personas en general.

Todo ejercicio social que involucra el consenso de posturas entre la diversidad será siempre útil. Facilita parámetros de los comunes denominadores sobre los cuales se puedan establecer negociaciones de toda índole, incluyendo las políticas, que hoy virtualmente no existen. La convocatoria, la búsqueda de ideas, perfiles que aborden diversos temas, no obstante generar una agenda a partir de esta mega diversidad, no es sencillo, ya que al estructurarse e intentar implementarse encuentran inoperancia y diferencias.

En ese sentido, no está mal reconocer a este movimiento y minimizar su potencial como una propuesta de contrapeso al oficialismo y el status quo que pretende normalizar las grandes carencias y errores que se cometen uno tras otro, ni tampoco a su propósito de influencia electoral. No obstante, lo que se tendrá de definir es la centralidad entre las visiones de las agendas y como se abordan desde la oposición en temas específicos.

Ahora bien, es importante revisar la coyuntura y quienes componen este nuevo esfuerzo. Me parece importante que si bien este movimiento incluye las voces de jóvenes que reflejan el carácter social y humanitario, no son las que se socializan ni mencionan en medios. Una crítica a los actores políticos que, argumentando un abrazo a las iniciativas ciudadanas, se presentan ellos al centro de la imagen y discurso de dicho movimiento, haciendo que se desvirtúen los esfuerzos y aspiraciones verdaderamente civiles.

Desafortunadamente, en lo político se siguen sin definir son los métodos para formar una fuerza competitiva. El diagnóstico del movimiento es evidentemente claro y correcto en lo general, lo que sigue sin aparecer es esa plataforma en la que no prevalezcan aquellos vicios políticos de los cuales la ciudadanía se hartó y optó por desechar en las urnas.

Mientras la oposición sigue sin reconocer ni mucho menos aprender de sus errores, legal o ilegalmente, legítimo o no, el oficialismo acelera los procesos electorales bajo un relativo consenso. Una ventaja que pudiera no ser alcanzable.

POR AZUL ETCHEVERRY
AETCHEVERRYARANDA@GMAIL.COM 

@AZULETCHEVERRY

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