Principalmente en la zona de la Tierra Caliente michoacana y guerrerense, donde se coincide en su origen purépecha, inclusive el estado de Guerrero formaba parte del primero hasta que se erigió como Estado Libre y Soberano en el año de 1849, han compartido también de manera ancestral la idiosincrasia propia de los calentanos, desde la gastronomía, el acento, hasta los huaraches y el sombrero característicos, mi familia paterna completa es de esta región guerrerense.
Hace diez años nuestro país se encontraba con grupos endémicos hermanados por la ausencia del Estado Mexicano, peor aún una terrible ignorancia de por lo menos 3 sexenios de las condiciones de territorios indígenas, pueblos y comunidades despojados, miembros de comunidades asesinados, encarcelados y desaparecidos.
Los malos gobiernos quisieron someter a través de la división y la represión. Entre otras demandas, el Manifiesto de Ostula del 17 de junio de 2009 dentro del marco de la XXV Asamblea Plenaria del Congreso Nacional Indígena Región Centro Pacífico, se reunió en la costa Nahua de Michoacán, donde se expresó una política de desprecio, discriminación, destrucción y muerte que se venía gestando desde el sexenio del panista Felipe Calderón.
La creación de las autodefensas inició por la ingobernabilidad y el contubernio que ejemplificó ese sexenio y que hoy tiene procesado al ex Secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna por su protección a los cárteles de las drogas.
La presencia de la Policía Comunitaria en México, que no tiene nada que ver con las autodefensas, está en nueve estados del territorio nacional, esta participación de la comunidad en la Seguridad Pública ha obedecido a una coadyuvancia ciudadana que viene desde el año de 1995 en la región de Costa Chica en Guerrero, para hacer frente a los grupos de la delincuencia.
En otros países como Japón, Chile e Inglaterra, también existen estas organizaciones donde se acercan de alguna forma a lo que se conoce como la Justicia Transicional.
Las Policías Comunitarias tienen una actuación legal y legítima, donde la autoridad instituida les reconoce su establecimiento.
Los grupos de autodefensa por su parte, proliferaron a lo largo y ancho del país en una interpretación del Estado de Excepción que contempla el artículo 29 Constitucional en lo referente a “... perturbación grave de la paz pública o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto…”.
Sin embargo, su actividad fue tolerada cuando menos durante el sexenio del 2012 a 2018 ante los altos índices de desconfianza institucional e ingobernabilidad en varias zonas del país.
En su momento algunas comunidades vieron en esta fuerza la única alternativa para contrarrestar la desafortunada ola de inseguridad que causó desplazamientos masivos, asesinatos y un sin número de violaciones a los derechos humanos, además de no contar con cuerpos policíacos confiables.
A pesar de ello, hay reconocimiento sobre algunos grupos encabezados por luchadores sociales que integraron a sus filas a agricultores, ganaderos, empresarios y profesionistas que habían sido agraviados por cárteles de las drogas protegidos por narcogobiernos a nivel federal y estatal, entre ellos se recuerda al Dr. José Manuel Mireles (QEPD), quien encabezó un movimiento con presencia no solo en Michoacán, sino en varias partes del país. Movimiento que en su momento contó con el reconocimiento gubernamental y a quien posteriormente persiguieron buscando darle muerte, e incluso, como sucedió, privarlo de su libertad durante más de tres años por diversos delitos.
En este sexenio se expuso con toda congruencia que las acciones de Seguridad Pública solamente corresponden al Estado Mexicano y a nadie más, estaba en ciernes la creación de la Guardia Nacional, además de una serie de programas sociales para restaurar la paz perdida durante décadas, la existencia de cualquier organización armada es ilícita.
Así se entendió y las autodefensas en el país desaparecieron. Hoy no hay vestigio alguno de existencia visible de estas organizaciones, hoy nos rige un Gobierno legítimo y con alta autoridad moral, se construye día a día la paz y se confirma que es mejor vivir en Estado de Derecho y que la Ley protege a todos los mexicanos.
Las autodefensas cumplieron su cometido en su momento, no se les puede comparar con grupos del crimen organizado, depusieron las armas confiando en este Gobierno de la Cuarta Transformación. Hay testimonio documental de estos hechos.
POR RICARDO PERALTA
COLABORADOR
@RICAR_PERALTA
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