Malos modos

El futuro es fosfo-fosfo

No podemos subestimar el tormento que ha sufrido, el Vía Crucis que ha atravesado mi Samuel esta semana

El futuro es fosfo-fosfo
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

No podemos subestimar el tormento que ha sufrido, el Vía Crucis que ha atravesado mi Samuel esta semana. No sería justo –aunque el Presidente Eterno tiene prohibida esta palabra, debemos ser empáticos– y, más que nada, nos alejaría peligrosamente de la realidad. Con todo, el Doctor Patán quiere decirle al súper góber: ánimo, mi Samuelazo. Al final, su mini mini mini candidatura fue una experiencia con final feliz. Me apresuro a explicarme, antes de que empiecen con risitas.

Sí, es cierto que, pese a todos sus esfuerzos, el Relámpago de Monterrey (relámpago naranja, obvio) no pudo lanzarse por la presidencia y ofrecerle al país entero los logros que le ha regalado a los neoleoneses. Es cierto también que estuvo a nada de quedarse sin la candidatura y sin gobernatura ¡al mismo tiempo! No quiero ni pensarlo.

Encima, supongo, habrá que aguantar que Enrique Alfaro ponga cara de “¡Se los dije!” cada que lo entrevisten y cada que haya cumbre de Movimiento Ciudadano, de aquí a que termine el sexenio. Está horrible, la verdad. Con todo, quiero insistir, mi góber, en que usted es digno de envidia, no de compasión.

Primero, porque estas experiencias lo llevan a uno a revalorar las pequeñas bendiciones cotidianas: que aventarte un jocho XXL o unas costillas barbecue mientras le dices a la Mariana que no enseñe tanta pierna; que el desafío durísimo de jugar golf todos los días y confirmar que lo que no te mata te fortalece (sí: con Samuel tenemos nuestro primer gobernador nietzscheano); que el orgullo de ser norteño y chambeador, no como los huevones del sur.

Segundo, porque están esos compañeros de ruta inigualables: la muchachada como trumpiana, pero de nuestro norte bravío, que irrumpió en la cámara en plan golpista para salvar a la democracia, y sobre todo el Dante, figura tutelar, sabia, entrañable, esa especie de Yoda de la democracia mexicana que es, al mismo tiempo, un soplo de aire fresco (digamos que “Nuevo lo viejo es”).

Tercero, porque la gobernatura se salvó, y con ella, claro, Nuevo León. Cantemos todos la nueva rola, mi góber: “Lo nuevo es emocionante./ Lo nuevo, apasionante./ Lo nuevo está siempre adelante”. Genial y de una profundidad igual: nivel Nietzsche. Sobre todo, mi Samuel, está la recompensa de recompensas: esas palabras tan bonitas que le dirigió el Presidente Eterno. Qué envidia.

Es la aspiración de todos nosotros, los millones y millones de mexicanos que daríamos un dedo de la mano por un gesto amoroso del Gran Patriarca, con ese corazón enorme pero selectivo. Sobre todo, mi Samuel, de eso se trataba desde el principio, ¿no?

En fin, mi góber. Estaba a punto de decirle que el futuro es fosfo-fosfo, pero no nos precipitemos. Recuerde que en 2030 tendrá la competencia fraternal, sana, pero feroz, del Doctor Patán. Ya me compré los tenis.

POR JULIO PATÁN 

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ

 

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