Retener el Gobierno de la Ciudad de México se ha convertido en un reto de proporciones mayores para Morena, debido a los intereses cruzados y la imposición del ala dura para nombrar a Clara Brugada como su candidata.
Tan complicado está el panorama, que dirigentes y líderes del partido mantienen serias dudas, ya no sobre una holgada victoria, sino una eventual derrota en las elecciones del próximo año.
En días recientes, hubo un cónclave de Brugada con las diferentes tribus y corrientes del partido en las que establecieron algunas líneas de acción.
Lo cierto, sin embargo, es que, a varias semanas de la designación de su virtual candidata, todavía se respira en Morena un distanciamiento con el grupo de Claudia Sheinbaum.
Hay quienes dicen, incluso, que perdiendo o ganando la CDMX, la precandidata presidencial ganará por donde se le vea.
Si Clara pierde frente al panista Santiago Taboada, será porque el presidente López Obrador y los duros desdeñaron la propuesta de Claudia y dejaron fuera a Omar García Harfuch, a pesar de que fue quien ganó en todas las encuestas.
Y si los duros no refrendan su triunfo en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, también querrá decir que escogieron mal a su candidata y que no tuvieron la capacidad ni la inteligencia para ganarse a la clase media y alta de la capital. Serían ellos los únicos responsables de la derrota.
Eso demostraría, entonces, que Sheinbaum no estaba equivocada, pero que, como toda demócrata, cedió el espacio y se quitó de encima a los duros de Morena.
El precio que habrán de pagar será costosísimo para los puros, quienes además quedarían sin ninguna autoridad para pedir cuotas o cotos en el gobierno federal cuando la ex jefa de Gobierno gane la Presidencia de la República.
Más aún: AMLO tendría claro entonces que el bastón de mando se porta para usarlo, no como un símbolo o accesorio de la herencia política.
Y si Clara gana, a pesar de los pesares, Sheinbaum también gana porque sumaría votos a la elección Presidencial y, sobre todo, al Congreso de la Unión en donde debe construir una mayoría que permita transitar mejor a su gobierno.
Todas estas no son elucubraciones. Son escenarios reales, con base en las encuestas recientes que, si bien dan la delantera a Morena, como partido, los sondeos con nombre y apellido están moviendo los cartones y cada vez se cierra más la pelea entre Brugada y el panista Taboada.
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HACE UNOS DÍAS, tuve la oportunidad de platicar con gente cercana a Xóchitl Gálvez y, al preguntarles sobre la ausencia de los dirigentes de los partidos que la postularon en su campaña, me dijeron que la candidata evaluaba con mucho detenimiento su participación en los eventos y las giras por el interior del país.
El razonamiento era simple: poner al frente a Alejandro Moreno, a Marko Cortés y a Jesús Zambrano más que sumarle puntos, le resta en su imagen y crecimiento.
No quiere la hidalguense cargar con el desprestigio y la mala imagen que tienen PRI, PAN y PRD y menos con el de algunos de sus dirigentes.
Es probable, entonces, que ese razonamiento se haya impuesto después de anunciar la posible incorporación de Miguel Ángel Riquelme a su equipo de campaña.
Si Alito o Zambrano tienen mala reputación, el gobernador saliente de Coahuila carga además con el estigma de ser un mapache electoral de alta escuela, cuyas prácticas no quieren que se impongan en el equipo de Xóchitl.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: "En la paradoja de la vida, a veces ganamos más cuando aceptamos la derrota con gracia y aprendemos de ella."
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
MAAZ