López Obrador ha tenido numerosas oportunidades de demostrar que le importan los acapulqueños y, en general, todos los guerrerenses afectados por Otis. Ha decidido, sin embargo, negarles presupuesto, ayuda humanitaria, maquinaria para limpiar escombros. El gobierno federal ha llegado al extremo de declarar que la región devastada ya no es zona de emergencia.
En el colmo del desdén, en la mañanera del martes, el primer mandatario sentenció que él no ha recorrido las colonias destruidas del puerto porque: “le pueden sembrar provocadores y no permitirá que lo ninguneen”. ¿Por qué el giro?
Se sabe que López Obrador pidió que toda ayuda se hiciera llegar a Guerrero por la vía de las Fuerzas Armadas. Mas esta ha sido tanta y tan urgente que la sociedad civil y ciudadanía de inmediato sobrepasaron ese tipo de restricción, volcándose en asistir al puerto y municipios aledaños. Ello no ha evitado, sin embargo, que la 4t haga caravana con despensa ajena…
El cinismo y la trapacería es grande. El 8 de noviembre, el propio dirigente de Morena compartió en redes cómo, desde el Senado de la República, mandaban víveres a Acapulco los cuales se repartían como si fuesen donados solo por miembros de la 4T. No se puede mas que estar de acuerdo con la senadora priista Claudia Anaya quien, al ver cómo Morena usó los víveres recolectados por todos los institutos políticos, les ha llamado “corrientes y vulgares”.
No ha sido el único infame caso que se ha ventilado en este sentido. La diputada local morenista Yoloczin Domínguez fue captada en video sacando de un camión de la Marina unas despensas de una lista ante una fila de acapulqueños desesperados. Les espetó que NO eran para ellos los víveres, pues en su relación solo estaban incluidos ciudadanos simpatizantes de Morena. En momentos de ingente necesidad, la legisladora no piensa en todos sus representados…
O también lo que ocurrió con la repartición de despensas en el Fraccionamiento Marroquín de Acapulco a nombre, ni más ni menos, que del senador Felix Salgado Macedonio, padre de la titular del ejecutivo de Guerrero, por parte de una empresa minera contratista precisamente de ese gobierno local.
Tal vez en esa tónica, y dado que los niños no votan, es que más de 300 escuelas destruidas en Acapulco continúan inservibles. Nadie, ni del gobierno federal, estatal o municipal ha dicho, hecho o comprometido nada para arreglarlas. No se olvide que los únicos recursos para rehabilitación provienen de la Federación pero, otra vez, no hay nada dispuesto para ello en el presupuesto. A familias que lo han perdido todo, les roban también la esperanza de una posible educación para sus hijos, pues evidentemente la falta de centros escolares tendrá un costo en las próximas generaciones.
Decir que se contabilizan al momento 48 muertos cuando las funerarias de Acapulco registran ya más de 300 es manipulación informativa con el propósito de minimizar la tragedia. Ni siquiera se respeta o se empatiza con el dolor ajeno de quienes lloran por sus muertos.
El lucro morenista de la tragedia es tan grande como la devastación causada por Otis. Pudieron demostrar su “humanismo”, pero han preferido negar la realidad y actuar como un viejo conocido que creíamos haber superado. Me refiero, evidentemente, a cuando el PRI alteraba el flujo informativo, canalizaba y manipulaba dineros públicos a su antojo y hacía pasar el apoyo ciudadano como propio.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
COLABORADORA
EEZ