Las inversiones se han vuelto más accesible en los últimos años, especialmente a través de los Fondos Cotizados en Bolsa (también conocidos como Exchange-traded funds en inglés, TRACs en México o simplemente ETFs), los cuales han ganado popularidad, particularmente entre los mexicanos, como una forma sencilla y eficiente de invertir en los mercados financieros.
Los ETFs son fondos de inversión que siguen el rendimiento de un índice o una canasta de activos. Al comprar participaciones de un ETF, los inversionistas obtienen una exposición diversificada a múltiples activos con una sola transacción, lo que reduce los riesgos asociados de concentración con la inversión en un solo activo y ofrece la posibilidad de obtener rendimientos similares al mercado en general.
Piensa en un equipo de basquetbol, compuesto por jugadores clave con distintas posiciones, juntos pueden diversificar sus habilidades para ganar el juego. De la misma manera, un ETF es como un “equipo” conformado de “jugadores” diversificados, como acciones, bonos y materias primas (o commodities) que van tras la “meta” de igualar su desempeño al de un índice, como el S&P 500 o el IPC. Esto genera la posibilidad de obtener rendimientos más predecibles en comparación con otras opciones de inversión.
El mercado global de ETFs ha experimentado un rápido crecimiento y actualmente tiene un valor de, aproximadamente, 10.7 billones de dólares y se espera que alcance los 25 trillones en activos bajo gestión para 2030. Los inversionistas mexicanos han sido grandes adoptantes de esta tendencia, con los ETFs representando alrededor del 38% de las operaciones en el Sistema Internacional de Cotización (SIC). Incluso, en México, los ETFs tienen uno de los porcentajes de volumen de operación en la bolsa más altos del mundo (33% de la negociación del mercado total, 66% de la negociación del SIC y 5% del mercado local). El siguiente país con más operación es Estados Unidos, con el 25%[1].
La diversificación es una característica importante de los ETFs, ya que brindan acceso a diferentes mercados y sectores, permitiendo la diversificación internacional de carteras de inversión, con lo cual se reducen los riesgos al no depender de un solo activo.
Cualquier persona puede invertir en ETFs, pero es importante tener en cuenta que conllevan riesgos y se recomienda asesorarse con un profesional y realizar un análisis adecuado. En cuanto al monto mínimo necesario para invertir en ETFs, en el mercado mexicano se pueden abrir cuentas con tan solo $1,000 pesos y comenzar a comprar ETFs por menos de $100 pesos. Sin embargo, es fundamental contar con asesoría financiera para seleccionar los instrumentos adecuados según el perfil de inversión, el plazo y los objetivos personales.
En resumen, los ETFs son una herramienta accesible que ofrece diversificación, liquidez y acceso a diferentes activos. Con una adecuada asesoría financiera, pueden ayudar a los inversionistas a alcanzar sus metas y asegurar un mejor futuro financiero.
Por Nicolas Gómez
Director de ETFs y Estrategias Indexadas para América Latina en BlackRock
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