ALMANAQUE

Mens sana in corpore sano, grito de cambio.

El tema va más allá del deporte, así que debe atenderse fuera y dentro de la cancha

Mens sana in corpore sano, grito de cambio.
Diego Sánchez / Almanaque / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Esta semana se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, recientemente hablamos en este espacio sobre el papel de esta para sobrellevar alguno de los cambios que inevitablemente llegan con la fama, ser el centro de atención, ser el nuevo ídolo del equipo o todo un país. Mencionamos la relevancia de una mentalidad fuerte para evitar perder el piso; sin embargo, es responsabilidad de todos atender este tema en todos los niveles del deporte, desde amateur hasta profesional.

También es fundamental atender otras batallas que los deportistas enfrentan diariamente: el estrés, la presión dentro y fuera del terreno de juego y las lesiones. La ansiedad y la depresión no discriminan entre un amateur y un profesional; afectan a todos por igual sin importar la experiencia o el deporte.

Es hora de que las autoridades, los dueños de equipos y los equipos mismos se unan para garantizar que la salud mental sea una prioridad en la agenda deportiva y tomen acciones concretas para compartir información relevante dentro de los clubes y entre la afición, que cumplan con su responsabilidad social en la atención de este tema prioritario.

La inversión en la salud mental no solo mejora el rendimiento en la cancha, también protege la integridad y el bienestar de los deportistas. Es inversión en un futuro más fuerte y más sano para el deporte, quienes lo practican y quienes lo siguen. Son varios casos de atletas que se han quitado la vida. Hechos lamentables que ponen a la salud mental como asignatura de atención prioritaria.

El caso de Junior Seau, un popular linebacker de la NFL y 12 veces seleccionado para el Pro Bowl, quien se quitó la vida en 2012 generó preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de los repetidos traumatismos cerebrales asociados con el fútbol americano y la posible conexión entre estos y los problemas de salud mental. Su trágica muerte impulsó una importante reevaluación de los desafíos en materia de atención emocional que enfrentan los atletas, fomentando un debate más amplio sobre la necesidad de apoyo y recursos para la salud mental en el mundo del deporte y concretamente en este caso, la NFL.

Los lamentables casos de deportistas de élite como Aaron Hernandez, Kelly Catlin, Joan Gamper, Andreas Biermann, nos recuerdan la urgencia de abordar la salud mental en el ámbito deportivo.

Los clubes deportivos, independientemente del deporte que representen, tienen una responsabilidad fundamental en la creación de conciencia sobre la salud mental entre sus seguidores y la sociedad en su conjunto. Estas instituciones cuentan con una plataforma poderosa y una influencia significativa sobre un amplio espectro de personas. Al utilizar esta posición privilegiada, los clubes pueden amplificar mensajes sobre salud mental, educar sobre la importancia del bienestar psicológico y desafiar estigmas arraigados. Con ello, no solo cuidan la salud mental de sus seguidores, sino que contribuyen a la transformación de la percepción de la salud mental en la sociedad, desempeñando un papel crucial en la construcción de una comunidad más comprensiva y solidaria.

Esta responsabilidad social trasciende la competencia en el campo de juego y se convierte en un testimonio de liderazgo, mostrando que la salud mental es un aspecto integral del bienestar humano que merece atención y apoyo de todos, que los aficionados visualicen esta información a través de su equipo o deportista favorito, será un estímulo para poder buscar ayuda profesional cuando sea necesario.

Por Diego Sánchez González ‘SAGO’
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