LA VIDA SIENDO MUJERES

Mujeres: Todas hemos sido víctimas, pero nuestra unión hace la fuerza contra las injusticias

En esta época de violencia contra la mujer, no hay mejor respuesta que ser empáticas entre nosotras. Porque los silencios matan, pero nuestra voz nos hace fuertes.

OPINIÓN

·
Laura Elena Gerdingh / La vida siendo mujeres / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Escribir como mujer para mujeres es una delicia, porque tenemos tantos temas interesantes sobre los cuales reflexionar. La vida, el trabajo, el desarrollo personal, los hijos, ser mamá, la familia, la pareja, las amigas, la violencia que tantas han sufrido, la capacidad de disfrutar, las amigas… Hacerlo en el periódico El Heraldo ha sido un verdadero privilegio.

A pesar de lo mucho que he disfrutado de escribir mi columna invitada y del increíble trabajo de Karen Mondragón con mi columna, haciendo que cada vez me guste más y que cada día sea mas leída, he decidido hacer una pausa y dejar de escribir por algún tiempo.  Me costó mucho trabajo tomar la decisión ya que me resulta muy triste.

Sin embargo, la vida es muy rica, es muy intensa, constantemente te presenta experiencias, estímulos, oportunidades que hacen surgir en mi mente ideas, proyectos, ilusiones, retos, sueños. 

Te puede interesar: Nunca hay que perder la esperanza, la clave para enfrentar la vida

Las mujeres que denuncian nos dan la valentía para luchar contra las injusticias

Cuando recibí un mensaje de mi gran y querida amiga Marilú, no sabía el impacto que dicho mensaje tendría en mi. Era una entrevista que le realizaron, ya que un grupo de mujeres está demandando a un poco hombre que tiene cédula de médico y abusa de sus pacientes. 

Esa noche no logré dormir bien. ¡Que valiente mi amiga! Que importante lo que hacen, señalar, demandar al perverso que tanto daño hace, buscar justicia para ellas y prevención para otras. Su valentía dará coraje a otras mujeres que no han podido hablar.

Eso sucedió conmigo, su testimonio me conmovió, me hizo admirarla, me hizo saber que sí se puede señalar al abusador, me sirvió de ejemplo. Es terriblemente difícil, creo que quien no haya pasado por algo así tendrá dificultad en entender lo complejo que es el terror que da, la angustia que surge, pero desde hace tiempo sé que hablar es importante. 

Me despido hoy de esta columna que tanto quiero y disfruto por que necesito tiempo para escribir mi testimonio, para escribir un libro que ayude a otras víctimas de abuso a entender tantas cosas por las que pasamos. 

Necesito escribir ese libro porque a pesar de que crecí con un papá responsable y amoroso, pero que sufría de profundas depresiones y de terribles angustias provocadas por la paranoia, a pesar de que enfrenté una batalla contra el cáncer que quería arrebatarme la vida, a pesar de que fui víctima de un fraude en el que perdí todo mi patrimonio, hoy estoy bien, estoy sana y salí fortalecida de dichas situaciones. 

Pero, pensar en escribir sobre la pesadilla que viví me hace temblar, se me cierra la garganta y las lágrimas se mandan solas y escurren por mi mejilla. 

Siento tanto miedo que eso me hace saber que aún no he logrado sobreponerme del todo a la situación. Por eso necesito escribir, por mi y por las demás. Por eso necesitamos ser empáticas entre nosotras y apoyarnos cuando alguien vive algo así, por que la unión hace la fuerza y esa fuerza nos ayuda a enfrentar el pánico y nos ayuda a protegernos.

Hoy querido lector te digo hasta luego, esperando podernos re-encontrar en este espacio en unos meses  agradeciéndote infinitamente haberme leído. 


Por: Laura Elena Gerdingh

SPEAKEAR

@LGERDING