AIRE PARA PENSAR Y DEJAR PENSAR

El grito

México vive y esta destinado a vivir. Aunque nosotros mismos no siempre lo hemos dejado vivir

OPINIÓN

·
Paola Albarrán / Aire para pensar y dejar pensar / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Hay gritos que marcan el inicio de una vida, cuando un bebé llora por primera vez. Hay gritos que educan y marcan límites cuando se trata de educar. Hay gritos que son el fin a relaciones amorosas, que rompen y que marcan el fin de una historia. Hay gritos de mariachis que festejan y borran el tiempo, te transportan a ese ideario mexicano en el que todos cabemos. Hay gritos que festejan un gol y resuenan en los corazones de quienes portan la misma camiseta. Hay gritos que como pinta Munch marcan la tendencia del expresionismo y logra captar lo intangible. Hay otros gritos que son verdes, blancos y rojos.

Los verdes, aquellos que todavía tienen tintes de esperanza, de creer en lo que nos da esa identidad nacional. Los gritos verdes son esos gallos que despiertan temprano la fuerza de voluntad de millones de mexicanos que trabajan, que se esfuerzan, que se centran en su familia y comunidad. Aquellos que cocinan tradiciones, que festejan la vida con la vida misma, esos gritos verdes que están cargados de esperanza y acompañados de un, ¡sí se puede!

Los gritos blancos, son los que no se escuchan, pero se sienten. Es esa fe que abraza a México, son esas sonrisas puestas en rostros que si fuera por lógica jamás pensarías que ese rostro sonriera y aún así sonríe. Son esos ¡Dios me ayuda! Es ese amor de familia que no se dice los domingos, pero que está sentado en cada lugar de la mesa. Es esa brisa de mar, ese silencio en los desiertos, esas selvas llenas de vida. Son los campos llenos de cosechas. Son las cosas que sí funcionan y que gritan y pulsan.

Hay gritos que se pintan de rojo, cuando se trata de acabar, de marcar el poder, de poner fin a la represión. Es como una guillotina que cae y decapita el hartazgo, la monotonía, la injusticia. Esos gritos que rompen, retiemblan en el corazón y los que hacen historia. Los que te permiten poner la piel de gallina. La conciencia en el palpitar y saber que estamos destinados a mejorar la historia. De gritar, ¡basta!, de cortar, de volver a sembrar, de saber que siempre se puede volver a empezar.

Pero hay gritos que son recordados cada año desde un balcón con una campana, intentando conectar con lo más vivo que queda de México en nosotros. Y es que México se trata de lo que orgullosamente nos hace sentirnos mexicanos.

México vive cuando una persona cree en su gente y apuesta por ellos. Vive cuando se nos enchina la piel con su música y su poesía. Vive cuando nos hace voltear arriba para releer aquellas pinceladas de los cuatro grandes plasmadas en algún mural. México vive cuando te tomas el tiempo de escuchar a una persona mayor. Vive cuando desinteresadamente haces algo por alguien más. Vive en los atardeceres que pintan sus cielos, y en los animales y árboles que viven aquí. Vive también entre los chistes y piropos mexicanos. Vive en los refranes de mi abuelo que vienen justo a tiempo cuando se trata de acabar cualquier discusión. Vive cuando comes tacos al pastor. Vive en las flores de cempasúchil y cuando estás floreando al charrear.

Hoy vamos a gritar con todos los colores, el verde, blanco y rojo. Enfoquemos nuestro viva México en el corazón del águila devorando la serpiente, para que no sea que por no gritar la serpiente acabe por devorarse a México.

POR PAOLA ALBARRÁN

paolaalbarran1@gmail.com
IG: @paolaalbarran

MAAZ