LÍNEA DIRECTA

¿Qué sigue?

Ganarle a Morena en 2024 será tan complicado como haberle ganado al PRI de Luis Echeverría, José López Portillo o Carlos Salinas de Gortari

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El resultado de las elecciones del pasado domingo no puede ser considerado como un antecedente de los comicios a realizarse el próximo año en el Estado de México y en Coahuila y mucho menos de la contienda presidencial del 24. Pero lo que sí podemos afirmar es que la construcción de un sistema político basado en gobernadores subordinados al Presidente López Obrador va viento en popa.

         22 mandatarios estatales alineados al jefe del Ejecutivo es una realidad que no habíamos visto desde tiempos del Carlos Salinas a finales los siglo pasado. La estructura virreinal provocada por el fin del presidencialismo absoluto, y consistente en 32 monarcas locales que disfrutaban de la debilidad institucional de la democracia mexicana, fue destrozada por un caudillo carismático que con fuerza política, amenazas y mucho dinero, terminó por reconstruir una buena parte de la llamada “presidencia imperial”.

         La elección mexiquense del 23 depende fundamentalmente de dos factores. Primero que la oposición PAN- PRI -PRD construya una candidatura de unidad, y segundo que el gobernador Alfredo del Mazo decida si su futuro está con el nuevo régimen morenista, o con lo que podría ser un bloque anti- López Obrador con miras a ganar la presidencia de la República el siguiente año.

         La maquinaria morenista aceitada por el dinero federal y estatal y por la figura de AMLO, puede tener un día de campo tanto en la entidad mexiquense, como en la elección grande del 2024 si la oposición llega dividida o con un candidato incapaz de conectar con la ciudadanía. Esa conexión tiene que ver con una narrativa clara y concisa de combate a la pobreza, recuperación de la seguridad, acceso a servicios de salud y lucha contra la corrupción.

         Las siglas PRI-PAN-PRD cada vez significan menos al elector a nivel nacional, quien se identifica más con una figura y con un conjunto masivo denominado “Frente, Movimiento, Alianza”, o cualquier otro concepto que implique unidad y no partido al que se relaciona con intereses particulares. negocios, o parte de la corrupción existente en el país. Ganarle a Morena en 2024, será tan complicado como haberle ganado al PRI de Echeverría, López Portillo o Salinas de Gortari. Por ello la relevancia de mantener la autonomía y capacidad financiera del INE antes de que el aparato de estado termine por convertirlo en una nueva versión de la Comisión Federal Electoral.

         A la oposición le urge arrancar ya la campaña con acuerdos, desfile de candidatos y una historia que le permita a los mexicanos verlos como una opción real de poder. De lo contrario estaremos regresando a los tiempos del partido único. No hay de otra.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT

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