MALOS MODOS

Cómo enfrentar la violencia

¿Que los criminales se metieron hasta el cuello en la elección intermedia? Pues muchas gracias, caballeros; gracias por ese comportamiento ejemplar

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Caudillo indiscutido que ya le explicó al mundo cómo derrotar a la pandemia (fraternidad universal), quién fue Mussolini (un líder muy importante que adoraba a Benito Juárez), que a los mejores entre los mejores (Trump y él, no necesariamente en ese orden) les arman fraudes electorales, y qué tipo de instituciones de seguridad social necesita la humanidad (las mujeres, que cuidan a los viejitos), el presidente López Obrador se presenta ante la ONU y, sin prisas pero con pausas, revela cómo enfrentar la violencia criminal.

Primero, deja claro que el Ejército y la Policía no van a andarse apersonando ahí donde pululan los criminales, como hizo, nada más empezar el sexenio, con ese hombre desesperado que le pidió ayuda contra la delincuencia organizada, que había secuestrado a su comunidad.

Luego, explica que hay que poner el acto después de la palabra y, para que quede claro por dónde vienen los tiros, literal y figuradamente, liberar a un capo de primer orden como Ovidio Guzmán, si pasa, como pasó, que la tropa se confunde y lo detiene en su mera casa, Culiacán en ese caso.

Para que no se dude de que aquí lo que priva es el amor al prójimo, o propiamente a ciertos prójimos, o sea los prójimos armados, luego, explica, fue a saludar a la señora abuela de Ovidio, madre de un capo di tutti capi como El Chapo Guzmán.

A fin de que no haya confusiones, luego, puntualiza, aceptó mediar con las autoridades gringas, a petición de la señora madre del señor Guzmán, para que le diera un trato humanitario a su señor hijo, que es el señor Chapo. Perdón: el señor Joaquín. Don Joaquín.

¿Que la violencia se multiplica? Doblas la apuesta, explica enseguida, y le aclaras al Ejército y la Guardia Nacional, que también es el Ejército, que nada de responder al fuego. Que aquí todos estamos obligados a ser gandhistas.

Bueno, todos no: El Chapo puede hacer lo que quiera. Perdón: Joaquín. O sea, Don Joaquín.

Y repites, dice, sugiere, apunta, que los criminales son seres humanos. ¿No es suficiente?

Mandas una ofensiva contra la DEA, aunque sea al precio de poner en riesgo la relación con nuestro socio comercial más importante.

¿Que los criminales se metieron hasta el cuello en la elección intermedia? Pues muchas gracias, caballeros; gracias por ese comportamiento ejemplar.

¿Se difunde un video donde le arrancan el corazón a una persona viva? Calladito.

¿Te vas de gira y los mafiosos retienen a los periodistas que fueron a cubrirla? Ay, no sean chillones. No hubo corazones arrancados, ¿verdad? Bájenle.

Luego, dices que la culpa es de Felipe Calderón y te vas a jugar beisbol, tranquilazo, sin culpas, sabedor de que el récord que importa, en este país, no es el de muertos o el de desaparecidos, sino el de innings completados por un hombre de más de 60, con cateterismo y sobrepeso.

POR JULIO PATÁN

COLUMNISTA

@JULIOPATAN09 

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