COLUMNA INVITADA

La Conferencia de Estocolmo y un futuro que defender

Hay palabras que llegan hondo. Las siguientes me hicieron reflexionar profundamente

OPINIÓN

·
Itziar Gómez Jiménez / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hay palabras que llegan hondo. Las siguientes me hicieron reflexionar profundamente: “El cambio debe ser de raíz, porque después de cada crisis no queremos volver a la normalidad, queremos volver a la tierra. En tiempos de crisis climática, el futuro es un territorio que defender”. Éstas fueron las palabras de Mitzy Violeta Cortés Guzmán, mujer mixteca de 23 años, a quien anunciaron ayer como ganadora del Premio del Citizen Award 2022 por parte de México. Además de poner en alto el nombre de nuestro país, sus palabras me invitaron a la reflexión de lo que hemos hecho como humanidad sobre este tema, principalmente en el marco de los 50 años de la Primera Cumbre para la Tierra.

La también conocida como Conferencia de Estocolmo se llevó a cabo en dicha ciudad sueca del 5 al 16 de junio de 1972. Fue muy relevante, pues representó la primera conferencia de las Naciones Unidas (ONU) que se centró en cuestiones medio ambientales. Es un referente hasta la actualidad, pues tal como informa la ONU, “adoptó una declaración que enunciaba los principios para la conservación, mejora del medio humano y un plan de acción que contenía recomendaciones para la gobernanza medioambiental internacional”.

De dicha conferencia se desprendió un plan que contiene 26 principios y 109 recomendaciones; entre ellas, la preservación del hábitat de la vida silvestre, la prevención de la contaminación de los mares, la importancia de la educación ambiental y el desarrollo del derecho internacional en esta materia. A partir de ese momento, ¿qué compromisos asumió nuestro país a nivel internacional? En 1987, México firmó el Protocolo de Montreal, para eliminar las sustancias que dañan la capa de ozono. En 1992, fuimos uno de los primeros países en adoptar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Seis años después, nuestro país firmó el Protocolo de Kioto. Y, más recientemente, México estableció metas voluntarias de reducción de emisiones de bióxido de carbono rumbo al 2050. A pesar de estos avances y los esfuerzos impulsados por décadas a nivel global, seguimos como especie observando al planeta como un “recurso”, más que como una parte fundamental de nuestro futuro.

Esa aproximación hacia nuestro entorno debe cambiar con urgencia Estamos en un momento de inflexión donde la transición hacia el consumo responsable de los recursos naturales y la mitigación del cambio climático ha dejado de ser una opción: es y será una obligación. Éste, en mi opinión, es el gran desafío de nuestra generación. El próximo 2 y 3 de junio, en Estocolmo, se llevará a cabo la reunión internacional "Estocolmo+50: un planeta sano para la prosperidad de todos —nuestra responsabilidad, nuestra oportunidad”, para celebrar el quincuagésimo aniversario de la Primera Cumbre para la Tierra.

De acuerdo con la ONU, “la reunión reflexionará sobre la necesidad urgente de adoptar medidas para lograr un planeta sano y la prosperidad de todos, lograr una recuperación sostenible e inclusiva de la pandemia de COVID-19, y acelerar la aplicación de la dimensión ambiental del Desarrollo Sostenible en el contexto de la Década de Acción.” El 5 de junio celebraremos también el Día Mundial del Medio Ambiente, el cual debe ser un recordatorio de que se nos acaba el tiempo para actuar.

La responsabilidad de cambiar el rumbo nos atañe a todas y todos (no solo a los gobiernos, no solo a las empresas); es un desafío en común de nuestra especie… Un reto que nos obliga a pensar sin fronteras. Maurice Strong, quien era Secretario General de la ONU en 1972, dijo que la Primera Cumbre para la Tierra permitió "comprender que el hombre ha llegado a uno de esos puntos de inflexión en su historia donde sus propias acciones son las principales determinantes de su propio futuro".

Un futuro, que como dice Mitzy, es “un territorio que defender”.

Por Itziar Gómez Jiménez

Directora de Plasmar Comunicación

MAAZ