Con más de 20 mil locales en todo México y dando empleo a más de 150 mil personas, un video no justifica el enojo presidencial contra las tiendas Oxxo. El Presidente soslaya la urgente necesidad de que más mexicanos tengan trabajo e ingresos, y de que, quienes ya los tienen, no los pierdan.
La verdad, en el debate Oxxo-CFE, López Obrador muestra una miopía que raya en la ceguera. Algo así como el enojo que muestra con empresas generadoras de energía limpia.
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Ese prejuicio ha sido, no otro, el trasfondo de la negativa de renovación del permiso para generar energía eléctrica a la empresa Iberdrola en Nuevo León. Y si bien no constituye una expropiación, dicha acción ha dejado sin posibilidad de defensa y de producción eléctrica a quienes contaminan menos y generan energía menos cara, particularmente comparada con la producida y comercializada por la Comisión Federal de Electricidad.
El daño económico impacta también a 400 empresas que se quedan sin abastecimiento eléctrico y tendrán que comprar sola y directamente a la CFE.
Artificialmente, se le está eliminando la competencia a la CFE, y la razón de su reciente incremento en clientes es que estos están quedándose sin otras opciones en el mercado de abastecimiento de energía. Ello se traducirá en mayores costos para dichos clientes, lo cual a su vez se reflejará en una subida de precios, así como en recortes de personal para hacer frente a esas alzas. El enojo del gobierno se incrementó con un video promocional de la cadena Oxxo, en el que se afirma que es falso que dichos locales paguen menos que los particulares por la electricidad consumida.
Oxxo surge en 1978 en Monterrey, mientras López Obrador inició su vida política a mediados de los años 70. Tienen, entonces, una “vida profesional” similar. La diferencia radica en que en estos años Oxxo ha creado cientos de miles de empleos, mientras que, como Presidente, AMLO ha logrado aumentar el número de desempleados y de pobres.
Oxxo tiene propuestas, proyectos y usa energías limpias, además de programas de reforestación, sin olvidar el apoyo que da (con sus usuarios) a diversas fundaciones; el gobierno de la 4T, por contraste, va contra el parque eólico más grande de América Latina. ¿Por qué clausurar dicho parque y la empresa productora de energías limpias que lo administra? Porque provee energía a FEMSA y a otras empresas con las que el primer mandatario tiene pleito casado. Y las desavenencias no son sólo con Oxxo o con Iberdrola, Cenace tiene muchos otros proyectos de energía renovable detenidos. Lo cual es una tragedia y negligencia, pues la capacidad instalada ahorraría mucho dinero al pueblo bueno de México.
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¿Quién no ha ido un Oxxo? Hasta Andrés Manuel en su campaña fue captado en uno. En lugar de seguir peleándose con molinos de viento –literalmente– y con empresas generadoras de empleo, sería bueno que la 4T impulsara propuestas para crecer y no se dedicara exclusivamente a revocar permisos.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
@MALOGUZMANVERO
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