Me reuní el martes con los fundadores de Caranty, Miguel Bulnes y Fernando Roldán. Se trata de una plataforma digital de venta de autos usados recién lanzada y que tiene el potencial de revolucionar la forma en la que se realiza una de las transacciones más relevantes para los mexicanos, porque cada año ocho millones de autos usados cambian de dueño en el país.
Detecté en Bulnes y Roldán una euforia poco común. Si bien su empresa es joven, su visión está puesta en el largo plazo y en el uso de la tecnología para mejorar la vida de la gente. ¿Qué hace Caranty? Certifica la confianza de las partes compradora y vendedora para generar transacciones de compraventa de autos sin fricción. ¿Cómo lo hace? Con un cúmulo de procesos dispuestos en una plataforma digital para revisar todo del auto: quiénes han sido sus dueños; en qué condiciones de mantenimiento se encuentra; en qué ciudades ha estado registrado; qué percances ha tenido; qué reparaciones le hacen falta; etc. Esto permite reducir la exposición a vicios ocultos para la parte compradora al eliminar la asimetría de información.
Caranty reduce, a un precio muy económico, un riesgo que permanentemente acompaña la compraventa de un auto usado: el fraude. Su modelo certifica la confianza.
Esto ocurre gracias a que, además de la tecnología, la empresa logró alianzas con agencias automotrices y talleres de cinco estrellas en los que se realiza la verificación final y donde se encuentran la parte compradora con la vendedora. Ahí aparece un personaje central: el llamado “Caranty Host”, que es una especie de “notario privado” que da fe de la veracidad de la información de las partes y realiza inspecciones finales antes de la transacción. Al final, todo queda garantizado en lo legal, mecánico y financiero.
Lo anterior representa un salto cuántico en cuanto a la gestión del riesgo de una compraventa de autos entre particulares. Ya no será necesario acordar una cita con el vendedor en un sombrío estacionamiento de algún centro comercial, ni se requerirá ir cargando el dinero en efectivo. Asimismo, el vendedor del vehículo tendrá garantía de que sí se le pagará. Todo, a un precio de mercado para ambas partes.
Este modelo de negocio ya existe en China, con la empresa Guazi, cuya controladora Chehahuodo Group recibió una inyección de capital de Dlls. $200 millones en 2020 de parte de los fondos Sequoia y Softbank. Caranty estima que podría estar en punto de equilibrio en pocos meses, y cada mes inicia operaciones desde nuevas ciudades.
AEROMÉXICO
La decisión de Aeroméxico, que encabeza Andrés Conesa, de iniciar operaciones desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles de Santa Lucía es correcta. Todo apunta a que, cuando el aeropuerto tenga más accesos, su operatividad será muy atractiva para este tipo de aerolíneas.
POR CARLOS MOTA
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