Salto Cuántico

La frustración

¿Alguna vez en casa te enseñaron a identificar tus emociones, a canalizarlas y a soltarlas?

La frustración
Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

¿Para qué sirve identificar las emociones?, nada más que para comprender lo que está pasando en nuestro ser; y ¿de qué sirve conocer lo que pasa en el ser?, para encontrar el equilibrio, la paz, y por lo tanto todo lo que hay en uno, y en todos los aspectos de la vida.

Una de las emociones que la mayoría tiene identificada es la frustración, esa que surge cuando no logramos algo que deseamos, cuando perdemos algo o alguien que queremos, cuando nuestros deseos no se ven completados. Pero, ¿sabemos canalizarla, al grado de aprender de ella hasta el punto de desecharla en cuanto surge?

Muy pocas personas, tal vez, tuvieron a alguien que les enseñara a comprender esas sensaciones que generalmente se hacen presentes por miedo a algo, pero la generalidad es que pocos son aquellos padres que hablan del miedo con sus hijos por miedo a que tengan más miedo. Sin embargo, hay una regla básica: las emociones de nuestros hijos son las nuestras que simplemente se reflejan en ellos y les enseñamos a tener miedo, en lugar de a afrontarlo.

Ahora, no es culpa de nadie, quitemos esa palabra de nuestra mente, se trata de darse cuenta de que no nos educaron para gestionar nuestras emociones, más bien nos enseñaron que era normal sentirlas y a que pus ahí se iba a quitar con el tiempo, pero hemos visto que no es así, por el contrario, va creciendo con el tiempo.

La frustración se define como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo planteado, lo que desemboca en otro tipo de emociones como ansiedad, ira, descontrol, y mucho más. ¿Sólo será eso?

¿Qué pasaría si de niños nos enseñaran a que no siempre se puede tener lo que se quiere, a comprender el poder de querer y saber para qué y si en verdad se necesita lo que se desea, que no se puede obligar a alguien para que nos ame, que nada es para siempre, que lo más importante en el mundo soy yo, al igual que el resto de los seres, y que siempre hay algo más?, tal vez no sabríamos del término frustración.

He visto a cientos de padres y madres presionar a sus hijos para que ganen algo o para tener las mejores calificaciones con el fin de que sean los mejores en todo; el resultado que sea viene acompañado de premio o castigo, lo que a su vez les hace un daño tremendo, pues básicamente les están diciendo que siempre que logren algo obtendrán un premio, lo que a su vez comienza a degenerar el sentido de todo y luego las frustraciones inician a muy corta edad. Sin embargo, insisto a que esto no es culpa de nadie, esos padres fueron educados de la misma manera, somos réplicas, que no se nos olvide, el fin es cambiar el esquema de tajo.

Veía en las noticias que un hombre enfrentó al ‘Tata’ Martino en su llegada a la Ciudad de México con la Selección Mexicana, que no logró pasar a octavos de final en el Mundial de Qatar 2022, y pensaba en la enorme frustración del hombre que reclamaba la falta del ‘Chicharito’ y otras cuantas cosas más, y luego el equipo del ‘Tata’ respondiendo a las palabras, en fin; frustradísimos todos, los del tricolor y la afición. ¿Qué le estamos enseñando a nuestros niños?

Sería bueno que antes de criticar a los hijos del vecino primero se vea a los propios, que son el mejor espejo de todo padre, reconocerse y cambiar. Dejemos de querer arreglar lo de afuera cuando no se ha comenzado desde dentro. 

POR KARINA ÁLVAREZ
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