Desde afuera

De la Doctrina Estrada a la Rodríguez

De acuerdo con el discurso del gobierno mexicano, la mejor política externa se deriva de la interna; parecería una variación importante

De la Doctrina Estrada a la Rodríguez
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Durante décadas, la política exterior mexicana siguió la Doctrina Estrada, apropiada para un país que deseaba evitar enredos externos y junto a la no-intervención en asuntos internos de otros Estados dio al país el argumento para mantenerse al margen de aquellos problemas en los que prefería quedarse fuera.

La doctrina esbozada por Genaro Estrada, secretario de Relaciones Exteriores en 1930, era una manifestación defensiva de una nación harta de intervenciones y regímenes obligados a buscar la legalidad a través del reconocimiento  extranjero. 

De acuerdo con el discurso del gobierno mexicano, la mejor política externa se deriva de la interna, pero la verdad sea dicha, parecería una variación importante: la diplomacia exterior no sólo está condicionada sino al servicio de la doméstica.

Y no es que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, aspire –o quizás suspire–, por ser el sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador, sino que cada anuncio, cada fotografía, cada iniciativa, parecen llevar más dedicatoria al consumo interno o apuntalar las propuestas del mandatario que a tener un impacto real en el exterior.

El problema, o parte de él, es que esas políticas no se piensan de forma estratégica, o sin tratar al menos de determinar su impacto sobre el gobierno, las finanzas o el bienestar nacionales. Y no es que se trate de aceptar la injerencia externa en temas internos del país, pero la realidad es que lo que ocurre en el mundo tiene un impacto  en México.

De la pandemia, que se detectó por primera vez en China, al impacto de la inflación mundial y los problemas creados por la invasión rusa en Ucrania, el mundo se deja sentir en México y, a querer o no, muchas veces de forma indeseable.

Están, por ejemplo, los choques con Estados Unidos a propósito de la interpretación del T-MEC. Por un lado, se puede hablar del componente oficial, en el que los gobiernos tratan de entenderse políticamente. 

Pero en un mundo globalizado, o interconectado, existen también los inversionistas y las grandes empresas que buscan certidumbres y se acogen a su gobierno para obtenerlas y protegerse de medidas adoptadas por otro.

Para peor, ese tipo de situaciones tiene un efecto dominó, porque normalmente no afecta la relación con un país, sino con varios. Ciertamente está el antecedente de la expropiación petrolera de 1938. Pero estos son tiempos distintos.

Hoy pareciera que estamos en la doctrina Güera Rodríguez. No por el líder obrero de los años 70 y 80, sino a Ignacia La Güera Rodríguez, ese personaje picaresco y protofeminista de la lucha independentista de México, que fue figura social y política del final de la etapa colonial a principios de la era independiente. A ella se atribuye una desdeñosa frase, "fuera de México todo es Cuautitlán", que aplicaba al entonces lejano poblado y ahora suburbio de la capital mexicana. 

Pero hoy parece un mantra de la política exterior... 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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