Los senadores de Morena decidirán el viernes el nombre de quien encabezará la nueva Mesa Directiva. Hay cuatro posibles: Ana Lilia Rivera, Maribel Villegas, Bertha Caraveo e Imelda Castro. La elección se da en un momento en el que la posición de Ricardo Monreal es cada vez más incierta y cuando su relación con AMLO pasa por un momento delicado. Se trata, sin embargo, de un distanciamiento, no de una ruptura.
Es falso que en la Cámara alta se cocine un golpe contra el actual presidente de la Jucopo, quien todavía concita el apoyo mayoritario y se percibe como un negociador necesario. Aún así, un grupo de senadores morenistas empieza a ser cada vez más crítico frente a su coordinador, con Félix Salgado haciendo el papel que otrora desempeñaba Martí Batres.
Entre el sector de los mal llamados “puros”, un grupo promueve a la senadora tlaxcalteca, Ana Lilia Rivera, como un contrapeso a Monreal. Figuran allí Antares Vázquez, María Celeste Sánchez, César Cravioto y Napoleón Gómez Urrutia, entre otros. Sin embargo, Rivera tiene algunos antecedentes que hacen que sea una opción inviable por su falta de lealtad y disciplina partidaria: primero, porque judicializó el proceso interno después de no obtener la candidatura a gobernadora por su estado; después, por operar en contra de Lorena Cuéllar y a favor del candidato de Redes Sociales Progresistas; antes incluso, por votar en contra del T-MEC, junto a Jesusa Rodríguez y Néstora Salgado.
En el extremo opuesto está Maribel Villegas, la candidata de Ricardo Monreal y de los monrealistas. Casi seguramente la apoyarán Cristóbal Arias, Alejandro Armenta y otras senadoras como Rocío Abreu y Lucía Meza. Además de ser la candidata del monrealismo, Villegas tiene como punto débil haber pasado ya por demasiados partidos: PRI, PAN, PRD y Morena. Es una política de escritorio, no del territorio.
Entre estas dos candidatas queda una tercera opción capaz de puentear entre monrealistas y “puros”: Imelda Castro. En un momento político delicado, la sinaloense podría ser la opción más viable, capaz de evitar rupturas y mantener la cohesión del grupo parlamentario. Una mediadora. Se trata de una mujer con una larga historia en la izquierda (estuvo en la Corriente Socialista, en el PPR, el PMS, el PRD y en Morena desde su fundación), mujer feminista, comprometida con una agenda de derechos y con la diversidad.
Tiene el apoyo de Malú Micher, Armando Guadiana, Margarita Valdez, Gilberto Herrera y las tres senadoras del PES que también participan. Castro viene de ocupar la vicepresidencia de la Mesa Directiva, donde incluso obtuvo más votos que el actual presidente, Eduardo Ramírez. Además, parece concitar apoyos entre otros partidos. En un momento como el actual, su perfil es la opción más viable e inteligente.
POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
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