COLUMNA INVITADA

Poder popular en México

La construcción de poder popular en América Latina ha sido una realidad en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, donde se han dado procesos de empoderamiento popular

OPINIÓN

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Circe Camacho Bastida / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La construcción de poder popular en América Latina ha sido una realidad en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, donde se han dado procesos de empoderamiento popular. En México ¿cuál ha sido la experiencia que tenemos en ese sentido?  

Poder Popular. Construcción de ciudadanía y comunidad es un libro de Adolfo Orive y Luis Torres, donde se relata cómo Chiapas, Guerrero, Sonora, Monclova y Nayarit fueron regiones donde el poder popular existió en la década de los 70.  

El método de lucha y trabajo que se utilizó en dichas regiones se denominó como “pretextos-objetivos”. En las comunidades productoras de café en Chiapas, su pretexto fue zafarse de quienes no les permitían vender su café a mejor precio y su objetivo fue organizarse para lograr exportar su café a Europa.  

Algo similar ocurrió en Guerrero, donde los pretextos de pobreza y marginación también incentivaron a las comunidades tlapanecas a fijarse el objetivo de organizarse para mejorar su producción de café con innovaciones tecnológicas y así venderlo a los grandes compradores de la Ciudad de México.  

En Sonora, las comunidades de los Valles del Yaqui y Mayo del sur bajo el pretexto de no depender de las instituciones oficiales para conseguir fertilizantes, créditos y seguros prefirieron autonomizarse con la creación de poderes populares que fueron posibles con una coalición de ejidos colectivos y una unión de crédito. 

En Nayarit ante el pretexto de producción deficiente de maíz se decidió el objetivo de producción colectiva de hortalizas en un proceso que incluía la compra común de insumos, su producción común y la comercialización común.  

Monclova tuvo una serie de pretextos de parte de los obreros de Altos Hornos de México que incluyó eliminar la dependencia de los dirigentes “charros”, la revisión de su contrato colectivo y la mejora de los salarios para lo que buscaron como objetivo principal empoderar a los 14 mil obreros de la planta para tener el contrapeso suficiente y así lograr satisfacer sus necesidades laborales y económicas.  

En las cinco regiones mencionadas los procesos tuvieron diferentes motivaciones que afectaron sus intereses colectivos para así actuar, es por eso que los pretextos se pueden ver también cómo demandas que tienen los integrantes de las comunidades.  

El objetivo en sí fue el mismo para todas las comunidades; la organización social para el empoderamiento popular. A esto se le suma que los resultados de dicha organización fueron el mejoramiento de su calidad de vida. 

El poder popular logró en México resultados que con la llegada del neoliberalismo se revirtieron. Por eso hoy más que nunca es urgente incluir al poder popular en un proyecto alternativo al neoliberalismo en nuestro país.  

POR CIRCE CAMACHO

COORDINADORA DEL PARTIDO DEL TRABAJO EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO  

TW: @CAMACHOCIRCE 

MAAZ