LA ENCERRONA

Pleitos anacrónicos

“Como el coronavirus, el bloqueo asfixia y mata, y debe cesar”. Bruno Rodríguez Parrilla

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la década de los 60 el mundo era percibido de manera distinta a la actual. Su política, economía y sociedad eran radicalmente diferentes a las formas de vida que hoy sentimos como cotidianas. No existía el internet -universal-, las comunicaciones eran lentas, los contenidos masivos eran solo por la TV o por la radio y prensa; la preocupación social era focalizada en el alto a la guerra, mejores condiciones laborales, etc. La situación política estaba enmarcada por la Guerra Fría, protagonizada por La Unión Soviética y Estados Unidos, cada uno con sus aliados; en México el presidente era López Mateos, su par estadounidense era J.F. Kennedy y, en Cuba comenzaba la era de Fidel Castro.

En esta remembranza, parecería que hablamos de otro planeta, sin embargo hay cuestiones que aún permanecen. El presidente Kennedy ya no está, Fidel Castro tampoco, el mundo bipolar se transformó en uno multipolar donde el comunismo ahora es un tema de discusión solo en las clases de historia, existe un Estado supranacional como lo es la Unión Europea, China proclama la hegemonía mundial, la URSS no existe más y Estados Unidos cada vez se ve más menguado en su liderazgo internacional… y sin embargo, el bloqueo comercial y económico impuesto por Estados Unidos a Cuba, aún existe.

Al respecto, la Asamblea General de la ONU, desde el año de 1992 realiza votaciones anuales (solo interrumpidas el 2020 por pandemia) para la resolución del rechazo al embargo cubano y el miércoles pasado, por vigésima novena vez, los países miembros votaron en contra del bloqueo económico a “la isla” con 184 votos, Estados Unidos e Israel reprodujeron su votación histórica estando a favor del embargo y solo tres abstenciones, Colombia, Brasil y Ucrania. Lastimosamente para el gobierno y sociedad cubana, estos esfuerzos de la ONU son “llamadas a misa”, pues el proceso no es vinculante y, de manera unilateral, solo Estados Unidos puede retirar el decreto de embargo.

Así, presidentes estadounidenses pasan de largo, las “álgidas exigencias” de la comunidad internacional toman relevancia un par de días y todo sigue igual. Pero, ¿por qué a la Casa Blanca le importa seguir con este embargo? Lo que comenzó para propiciar el debilitamiento y desestabilización para el gobierno castrista, en la actualidad lo que significa para la sociedad estadounidense (cada vez en menor medida) es un recordatorio de su victoria al comunismo y a Fidel, por lo que no conviene electoralmente a ninguno de los presidentes ya sean demócratas o republicanos, ergo una especie de nacionalismo.

En contraparte, este embargo ha significado para Cuba pérdidas por 150 mil millones de dólares acumulados en las 6 décadas del bloqueo, aislamiento en la arena internacional y la ausencia de libertad económica para sus habitantes. El planeta no puede seguir con la fobia a aquellos fantasmas del pasado ni mantener palitos intestinos trasnochados ni permitir políticas anacrónicas que solo buscan oprimir a los más débiles. El mundo ha cambiado, incluso Cuba ha cambiado y el bloqueo sigue ahí.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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