LA ENCERRONA

La triste normalidad mexicana

“La paz no sólo consiste en poner fin a la violencia o a la guerra, sino a todos los demás factores que amenazan la paz, como la discriminación, la desigualdad, la pobreza”. Aung San Suu Kyi

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Después de la tormenta viene la calma, se suele decir. Es que pasado el proceso electoral, pareciera que la vida política del país vuelve a la “normalidad”. Sin embargo, en nuestro país el regreso a dicha normalidad no es en absoluto una buena noticia, pues en nuestro país no viene la calma. Vivimos en un territorio donde no existe el estado de derecho, una sociedad con grandes desigualdades, tenemos un gobierno que solo mira por sus obsesiones y no por el bienestar de la ciudadanía, una nación donde la inseguridad es, tristemente, el pan de cada día.

En este sentido, el pasado mes de mayo se ha dado la cifra más alta del año en curso respecto a homicidios en el país con 2,963 casos reportados desde la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Lo que significa que en dicho periodo el incremento respecto al mes anterior es de 3.56 % y 1.26 % en comparación de mayo del año 2020 y se coloca como el número siete de niveles de violencia desde diciembre de 2018, fecha de la toma de posesión del actual gobierno, pese a que la titular de la SSPC, Rosa Icela Rodríguez, hace hincapié en que en esta administración se han reducido los homicidios dolosos, la percepción de inseguridad, -de temor-, en el país sigue in crescendo.

En este reporte emanado de la Secretaría de Seguridad se menciona que la escalada en la violencia se concentra en seis entidades federativas: Guanajuato con 1,545 asesinatos, Baja California con 1,341, Jalisco con 1,095, Estado de México y Michoacán con 1,084 y Chihuahua con 1,027, lo que llevó a tener 95 homicidios diarios en el mes de mayo. Asimismo, se dieron a conocer los datos en delitos como violación, trata de personas y feminicidios, en todos estos rubros se incrementó en 30, 47 y 7 por ciento, respectivamente.

Lo más grave de la situación que vivimos en nuestro país es que los siguientes reportes serán similares. Más violencia, más homicidios, ausencia del Estado y todas las y los mexicanos seguiremos con miedo de realizar nuestras actividades cotidianas. Esta terrible posición en la que se encuentra la ciudadanía de todo el territorio nacional no tiene que ver con clases sociales, como se quiere hacer creer, es un problema que nos atañe a todos y que no se está atendiendo. Quizá lo más triste es que en la actualidad no se ve una luz al final del túnel.  

Si bien, México lleva sumido en esta situación de violencia e inseguridad por más de una década, estamos ante un punto de inflexión -tanto social como gubernamental-, donde no podemos seguir inmersos en esta grave problemática. Como autoridades toca cambiar el enfoque de seguridad, mayor inteligencia policiaca, endurecer y hacer valer las leyes, recuperar espacios públicos para el pleno desarrollo de la ciudadanía, diseñar, implementar y evaluar políticas públicas que abonen para mitigar las causas y efectos de la inseguridad. Pues está por demás decir que ha quedado en evidencia que la estrategia de “los abrazos” no funciona para nada. Por parte de la sociedad debemos de exigir, levantar la voz, demandar una vida segura y en paz.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

dza