ASÍ LO VEO YO

El operativo militar israelí contra Hamas, un ejemplo de precisión y moral

Toda guerra termina con muertos. El Ministerio de Salud Pública en la Franja de Gaza actualizó este viernes el número oficial de muertos en la escalada: 243

OPINIÓN

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Jana Beris / Así lo veo yo / Opinión El Heraldo de México

Toda guerra termina con muertos. El Ministerio de Salud Pública en la Franja de Gaza actualizó este viernes el número oficial de muertos en la escalada: 243. Cabe suponer que este crecerá a medida que continúen sacando cuerpos de otros miembros del brazo armado de Hamas de los escombros de los túneles destruidos por Israel. Este viernes ya confirmaron el hallazgo de 19 en dos túneles destruidos en Khan Yunes, al sur de la Franja.

En los 11 días de guerra, Israel atacó aproximadamente 1200 blancos de Hamas y Jihad Islámico. La potencia de los ataques, de la cual dicen mucho por cierto las imágenes de destrucción en Gaza, fue grande. No hemos leído ni oído jamás de ningún conflicto ni guerra de ningún tipo, en ninguna parte del mundo , que tras 11 días de bombardeos , termine con 243 muertos. Aunque fueran 343, tampoco.

Y no pongo “sólo”, porque la intención no es minimizar el valor de ninguna vida, sino simplemente analizar qué ocurre en un campo de batalla. Esto, es único. La única forma de explicar esto, es analizando el modo en que Israel planificó este operativo militar, dando una importancia suprema al esfuerzo por minimizar víctimas entre los civiles no involucrados.

Todos recordamos la tormenta que estalló-y puedo entenderla- cuando Israel derribó la torre en la que funcionaban tres agencias noticiosas internacionales. Lo hizo porque de allí operaba la Inteligencia militar de Hamas y ese era por lo tanto un blanco terrorista legítimo. Pero como su intención no era matar a nadie, avisó de antemano, como en tantos otros casos de ataques a edificio, para que la gente pueda salir.

Las tácticas usadas son diversas, pero la más común es el aviso con un proyectil inofensivo al techo, lo cual es conocido como una alerta para que la gente salga. Pero en el caso de las diversas torres, alguien del servicio secreto israelí llamó a la gente por teléfono y le dio tiempo a salir. En algunos casos hasta parecía que estaban negociando por una prórroga. Sólo Israel hace algo así. Y esto se hizo en muchos casos.

Yo misma he recibido, entre tantos otros mensajes de un servicio informativo palestino de Gaza, uno en el ue decía explícitamente que a los habitantes de una de las torres le habían dado dos horas para salir. Claro que ese mensaje no elogiaba a Israel sino que lo condenaba, pero es interesante que confirmó el tema del aviso. La mejor prueba de esto fue que absolutamente nadie murió en ninguna de las aproximadamente 10 torres derribadas.

Son numerosas las imágenes difundidas por los propios palestinos de la destrucción de casas de cabecillas de Hamas, en las que se ve la estructura desplomándose sin que ninguna de las casas casi pegadas a ella quede destruida. Claro que deben haber sufrido daños, pero lo exacto de esos operativos, no son casualidad sino producto de una planificación detallada de Israel.

El ejército israelí confirmó oficialmente que eliminó a aproximadamente 200 terroristas, miembros del brazo armado de Hamas Izz al-Din al-Qassam y del Jihad Islámico, Sarait al-Quds. Entre ellos, 25 cabecillas de rango mediano, 5 de alto rango, figuras claves en el sistema de producción de cohetes para el arsenal de Hamas.

Eso significaría, según los propios números oficiales de Hamas, que los civiles serían 43 muertos. Cada uno es un mundo. Y ni que hablar si hubo niños. Pero no sólo que esto no fue una “masacre”, como acusó el Canciller de la Autoridad Palestina en la ONU, sino que es un saldo, aunque cada vida inocente duela, increíblemente bajo en toda la historia de las guerras.

Sobre los civiles muertos, un punto central es el hecho que es más que probable que muchos de ellos-en principio, quizás todos- haya sido víctimas no de los bombardeos israelíes sino de cohetes disparados por Hamas hacia Israel, que por alguna falla no lograron pasar la frontera y cayeron dentro de la propia Franja de Gaza.

El caso más conocido por ahora-y puede que haya habido varios más-fue el de una familia de Bet Hanun, 8 miembros de la cual murieron el 10 de mayo, el día que comenzó la escalada. Pues bien: ese día no había habido ningún ataque israelí en Bet Hanun. Lo confirmaron tanto la organización palestina Al Mizan como un grupo llamado en inglés “Defense for Children International Palestine”.

Fue un cohete de Hamas el que mató a toda la familia, incluidos 6 niños. Pues en esta guerra, de los más de 4.300 cohetes lanzados por Hamas hacia Israel, aproximadamente 700 cayeron dentro de Gaza. Es altamente probable que no pocos de los civiles muertos hayan sido víctimas de esos cohetes.

El resto, si los hubo, no fueron víctima de ninguna “masacre” israelí sino del hecho que Hamas ubica comandancias , estructuras militares, depósitos de cohetes y demás, en medio de la población civil. Junto a escuelas, jardines de infantes, clínicas médicas y mezquitas. Fueron varios los casos de operativos cancelados a último momento, al detectar el piloto niños en los alrededores del
blanco buscado.

La única razón por la que hubo “sólo” 12 israelíes muertos, es que Israel dedica , a diferencia de Hamas, enormes esfuerzos a velar por su población. Por eso desarrolló esa maravilla tecnológica la “Cúpula de Hierro” que impactó al mundo al interceptar el 90% de los cohetes que estaban en camino a impactar en zonas habitadas.

Sin eso, difícil imaginar siquiera lo que habría pasado aquí con más de 4300 cohetes lanzados por Hamas intencionalmente hacia la población civil.

¿Estarían más satisfechos los furibundos críticos de Israel, si también aquí hubieran muerto más de 200 personas? La diferencia sería que en Israel todos habrían sido civiles, el blanco al que siempre apunta Hamas.

POR JANA BERIS
PERIODISTA

MAAZ