ASÍ LO VEO YO

El abismo que separa a Israel de Hamas

Desde 2014, tras la guerra anterior, Hamas recibió 100 millones de dólares para reconstruir la Franja. Todo se usó en armas

OPINIÓN

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Jana Beris / Así lo veo yo / Opinión El Heraldo de México

JERUSALÉN. En el momento de escribir estas líneas, siendo en Israel la 1 de la madrugada del recién comenzado jueves 20 de mayo, se habla de la posibilidad de un alto el fuego entre Israel y Hamas desde este viernes al mediodía. 

Si no se concreta eso, pues será un poco después, pero claro está que ese será el desenlace de la escalada actual,  que con cuatro mil cohetes lanzados desde Gaza hacia Israel en nueve días enteros, y la fuerte respuesta militar israelí contra blancos de Hamas, bien podemos llamar claramente de guerra.

En el mejor de los casos, se logrará un alto el fuego que dure muchos años.  Dependerá de cómo Hamas percibe su fuerza y lo que quizás vea como debilidad israelí en determinados momentos, y de la determinación que irradie Israel. 

A mi modo de ver, si las respuestas a los ataques a la zona adyecente a Gaza van a ser como hasta ahora, ínfimos, Hamas volverá a tirar de la cuerda. No puede ser que durante años, la principal reacción a los disparos hacia las comunidades pegadas a la frontera, o a Sderot, fueron amenazas y declaraciones, no una política de reacción contundente.Si esto continúa, el fracaso de la tregua está asegurado.

Claro que mucho depende de cómo Hamas perciba no sólo la dimensión del daño que Israel le ha infringido, sino su situación en general y la de la población palestina. Al respecto, el cuadro no es alentador.

El fanatismo y odio de Hamas no se manifiesta solamente en su deseo de destruir a Israel –claro que no puede hacerlo– o al menos de dañarle lo más posible. La otra cara de ello –en realidad, otra parte de la misma– es el uso cínico y descarado que utiliza a todo su propio pueblo, para atacar a la población civil israelí. 

Coloca cohetes y los dispara desde zonas civiles, cava túneles debajo de mezquitas y escuelas, se escuda detrás de sus civiles. Hace todo para exponerlos, ya que sabe que cada civil muerto complica a Israel en el escenario internacional.

Su irresponsabilidad para con su propia población, se manifiesta en lo aquí expuesto y en el hecho que ha dedicado todos sus recursos a su infraestructura armada, no al bien de la población. 

Desde 2014, tras la guerra anterior, Hamas recibió 100 millones de dólares para reconstruir la Franja de Gaza. Todo fue a los túneles y cohetes. 

Piensen un poco, presten atención al hecho que tras 10 días, Hamas sigue disparando casi sin cesar. Acumuló un enorme arsenal.

Israel dedicó todos estos años, a raíz de las guerras anteriores, a proteger a su población. 

Esa es la concepción por la cual existe la Cúpula de Hierro que intercepta y destruye cohetes en vuelo, sin la cual todo sería diferente hoy. 

Hamas dedicó sus recursos y esfuerzos a armarse, no a su gente.

Años atrás, creo que fue en 2014, Fathi Hamad, Ministro del Interior de Hamas en Gaza, declaró orgullosamente que "así como nosotros amamos la muerte, ellos aman la vida". 

Lo que para Israel es un elogio, para Hamas es una debilidad. En ese sentido lo decía.

Es el mismo terrorista que hace unos días salió por la televisión de Al Aksa de Hamas exhortando a los árabes de Jerusalén a comprar cuchillos para matar judíos, y apareció en pantalla mostrando dónde cortar para matar rápido con efectividad.

De la firmeza del gobierno de Israel en la lucha antiterrorista contra el movimiento Hamas, depende en gran medida la forma en que otros terroristas amenacen al mundo todo.

POR JANA BERIS
PERIODISTA

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