En la carpeta de investigaciones a cargo de la Fiscalía General de Chiapas, el caso Mariana, estudiante de medicina atacada sexualmente y asesinada en Ocosingo, está dando un giro de 180 grados al incluir como eje central de las pesquisas una serie de problemas familiares de fondo en el entorno de la joven de 24 años y aunque aún no hay una conclusión, la averiguación parece estarse inclinando hacia la tesis del suicidio y no al de un homicidio como pintaba a todas luces.
Fuentes de la fiscalía estatal involucradas en la indagatoria y confirmadas por esta columna con funcionarios de alto nivel del gobierno de Chiapas con acceso a las investigaciones —debido a la presión nacional que generó la muerte de Mariana—, adelantaron a esta columna que desde diciembre la estudiante padecía trastornos de ansiedad, entre otras causas supuestamente por problemas con su familia. Difícil de creer después de haber dejado correr tantos días el caso y sin atención necesaria.
Respecto a la incineración del cuerpo de Mariana Sánchez Dávalos la versión que se ha incluido en la carpeta de investigaciones es que un tío de ella pidió que se cremara el cuerpo, una situación que hasta ahora no ha sido reconocida públicamente por la madre de la alumna de la Universidad Autónoma de Chiapas.
Olaf Gómez Hernández, el fiscal general de aquella entidad, será quien tenga que dar todas esas versiones de carácter formal en medio de la atención de grupos feministas, así como de la sociedad en general cansada de la incompetencia de las autoridades y de la impunidad en que suelen quedar las agresiones y atentados contra las mujeres.
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A 10 días del asesinato apenas ayer fue detenida la primera persona. Se trata de Analí N, directora de la clínica de Nueva Palestina. Sin embargo, no va ser fácil manejar la versión oficial si las causas descritas anteriormente se dan como un hecho y menos cuando María de Lourdes Dávalos, madre de Mariana ha declarado que ella ya había informado a la directora de la clínica de que su hija era hostigada por un compañero de la clínica donde hacía su servicio social.
Alas rotas
Josefina Vázquez Mota, senadora del PAN, acaba de escribir un libro titulado Alas Rotas: cómo prevenir la violencia sexual infantil y ayudar a las víctimas, de editorial Grijalbo. Contiene historias crueles pero necesarias para terminar de visibilizar la violencia y los ataques sexuales, así como para no dejar dudas de que los principales agresores de las niñas y niños cohabitan en su propio espacio, sin dejar de lado las redes del crimen organizado que se dedican a traficar con menores. El libro será presentado el martes en el Senado de la República y la acompañará Santiago Nieto, titular de Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, a quien la legisladora le confió el prólogo porque considera que en sus dos años al frente de la dependencia, el funcionario ha realizado investigaciones destacadas para detectar operaciones de grupos criminales dedicados a la trata.
Uppercut: Todavía existe incertidumbre si para este lunes, el presidente López Obrador retomará sus actividades públicas y reaparezca en su tradicional mañanera o si todavía seguirá incapacitado clínicamente de acuerdo a los criterios del doctor Jorge Alcocer, secretario de Salud federal.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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