En México, hemos perdido la oportunidad de nueva cuenta, ante una situación mundial, a no arriesgar para mejorar la calidad de vida de cada persona, al colocarnos en un punto del tiempo, en igualdad de decisiones del rumbo del deber tomar a nivel mundial, y en definir a dónde debemos dirigirnos.
Hemos aislado de nueva cuenta al sentido común, y perdido más de 365 día sin definir en qué parte de la cadena estaremos en el futuro dentro de las relaciones comerciales.
En las últimas tres décadas, hemos creído en el poder de tener una metamorfosis, pero nunca lo hemos podido lograr, contamos con el adjetivo de país en vías de desarrollo, emergente, y subdesarrollado, pero siempre estamos en el purgatorio económico.
El año 2021 debió ser clave para sentar las bases del futuro, para igualar a todas las economías en cuanto a la movilidad de las personas, productos y relaciones comerciales.
Las naciones que han podido salir en forma rápida adaptaron su misión de largo plazo, a una visión de mediano ciclo, dejando en el corto plazo la adaptación rápida, para poder hacer frente a cualquier cambio económico, principalmente.
En 2022, tendremos dinero más caro para usarlo, inflación estacionaria, inversiones en nuevos sectores, como la recuperación o eliminación del dióxido de carbono, nuevas fuentes de conocimiento para el futuro y empleo de nuevas tecnologías.
A partir de este tiempo tendremos a economías camaleónicas, que dejarán a un lado la demagogia ideológica-política, al requerir al dinero por el colapso de su economía, derivado de la falta de una propia innovación tecnológica.
El mundo será más regulado bajo hábitos concisos del cómo, y se antepondrá una ideología social en la del individuo. En el siglo pasado se crearon países desarrollados con base en demagogias ideológicas y políticas, las cuales desarrollaron y concibieron guerras bélicas internacionales, y después internas en cada país.
En este siglo XXI está redituando frutos en algunos, para poder adaptarse en forma rápida para el futuro. Una larva se transforma en mariposa en forma natural, y un país lo realiza al hacer una metamorfosis con base en que su sociedad tenga sentido común, y no por demagogia ideológica-política.
El dinero no es la felicidad, pero es el valor que hemos puesto para tener conocimiento en el tiempo y el espacio.
RAMSES PECH
CEO del Grupo Caraiva– León & Pech Architects
@economiaoil
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