En México y en el resto de América Latina, los ataques en los que las empresas se ven afectadas a través de sus contratistas se han convertido en una tendencia desde el año pasado; la firma de ciberseguridad Kaspersky presentó su “Reporte de Seguridad TI” en el que se informa que 28 por ciento de las empresas de la región sufrieron ataques relacionados con datos compartidos con proveedores (nóminas, bases de datos sobre clientes, etc.), incidentes que tuvieron un impacto promedio de dos millones de dólares en grandes compañías y 110 mil dólares en Pymes, una pérdida que puede afectar la operación de estas organizaciones.
El reporte revela qué otro tipo de incidentes están afectando a las empresas mexicanas y con que impacto económico: ataques a servicios de banca en línea (938 mil dólares); infección por malware en dispositivos propiedad de los empleados (871 mil dólares) y ataques dirigidos (788 mil dólares).
La buena noticia es que el impacto financiero que tienen este tipo de incidentes se redujo entre 2019 y 2020, y según Kaspersky, se debe a que las compañías de México, y en general de América Latina, no frenaron las inversiones de previsión y mitigación en ciberseguridad.
Ello refleja que las organizaciones están conscientes de que una infracción que involucre fuga de datos tiene graves implicaciones económicas y de reputación. No hay que olvidar que este tipo de incidentes ha generado graves daños a empresas como General Electric que a inicios de 2020 sufrió una fuga de datos a través de uno de sus proveedores, responsable de temas de recursos humanos, y que derivó en la publicación de la información de salarios, recibos de nómina, números de seguridad social, pasaportes, actas de nacimiento y detalles de salud de 200 mil empleados.
ESTRATEGIAS SOSTENIBLES
El Consejo Coordinador Empresarial(CCE), de Carlos Salazar; el Pacto Mundial México, que preside interinamente Carlos Mendieta; ONU-Habitat México, representada por Sofía Viguri; y la firma PetStar, de Jaime Cámara, presentaron en un evento virtual la “Guía Empresarial por las Ciudades Sostenibles”.
Es un esfuerzo para que las empresas se alineen a las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 de la ONU, que tiene como propósito que las ciudades sean inclusivas, seguras y sostenibles. Y es que, la ONU ha advertido que tenemos 30 años para hacer una transformación profunda del modelo económico para no sufrir los estragos del cambio climático, por lo que es necesario construir ciudades climáticamente resilientes e igualitarias, de lo contrario, para 2050 podría haber más de 240 millones de personas viviendo en asentamientos precarios. Será interesante que autoridades de los tres niveles revisen este documento y poner acciones en marcha.
POR JAIME NÚÑEZ
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