La serie con la que se lanzó oficialmente la plataforma AppleTV+ regresó con una segunda temporada que promete superarse a si misma después de haber recibido 8 nominaciones al Emmy. Estoy hablando de The Morning Show, cuya producción no solo logró vencer al COVID19, sino que echó mano del coronavirus para salir adelante.
Para nadie es un secreto que si existe una serie que marcó mi vida, esa es The Morning Show. Esta historia en la que me vi demasiado reflejada, quizá porque soy comunicadora y estuve 11 años en un show matutino, porque llevo 19 años trabajando en la televisión, haciendo de todo como reportajes, guiones, producción, conducción y demás, pero sobre todo, porque soy mujer.
Porque es una serie que al ser producida, dirigida, escrita y protagonizada por mujeres, habla de los temas que nos preocupan y ocupan, a nosotras y no solo a las que trabajamos en el medio, sino a todas. Me encanta que podamos prender la tv o cualquier dispositivo y encontrarnos con contenidos que hablan abiertamente y sin miramientos de lo que sucede en nuestra sociedad, que se sigan exponiendo los casos de abuso para que cada vez sean menos admisibles y generen mejores ambientes laborales y oportunidades igualitarias para todos.
Y vamos, al final del día, el propósito de una ficción como The Morning Show, no es educar, ni aleccionar a nadie, sino entretener a la audiencia, pero me encanta que mientras nos tienen entretenidos nos van dejando mensajes que entran en el subconsciente a manera de Inception, para no repetir los errores del pasado.
(((((((Spolier alert para quien no ha visto la primera temporada de The Morning Show)))))
Recordemos que la primera temporada de esta exitosa serie nos dejó literalmente “en negros”, como decimos en el lenguaje televisivo, después de que las presentadoras Alex y Bradley destaparon los abusos y la cultura de acoso sexual que se vivía al interior de la televisora UBA.
Al cierre de la temporada, aparecieron las barras de colores que nos dejaron ver que a ellas las censuraron y sacaron del aire, quedando completamente abierta e inconclusa la historia. A partir de ahí comienza la segunda temporada que en realidad abre con una secuencia tremenda en donde, desde una toma aérea, vemos una ciudad de Nueva York apocalíptica, como nunca se había visto, completamente silenciada por el coronavirus.
Y de ahí nos llevan a conocer lo que sucedió unos meses atrás, antes de que la enfermedad golpeara con tal magnitud al mundo y después de que estas feroces mujeres decidieran alzar la voz. ¡Pum! Tremendo comienzo para la segunda temporada que sigue la historia de una manera muy inteligente en la que además de haber incorporado al guión de último momento los estragos del COVID19 (recordemos que la producción tuvo que parar debido a la crisis sanitaria), nos presentan también la historia detrás de lo que sucedió con esos villanos de la historia que fueron expulsados del paraíso de la televisión por sus conductas indebidas.
Así es como de nueva cuenta vemos interactuar en la serie al maravilloso Steve Carell, y el viaje de introspección que hace después de haber sido señalado y despedido de su trabajo. También nos lleva a conocer a las protagonistas desde su vulnerabilidad, más allá del empoderamiento, lo cual es muy bueno, pues el discurso ya no se centra tanto en el acoso sexual.
En fin, una gran serie que vale mucho la pena seguir y por la que hoy vuelvo a aplaudir a las maravillosas Reese Witherspoon y Jennifer Aniston, grandiosas y visionarias productoras que utilizan su influencia y dinero para generar contenidos increíbles. Aplauso de pie.
POR LINET PUENTE
MAAZ