DES...PROPÓSITOS

China 2021: urgencia de nuevas alianzas y mercados

Eso ha resultado en que la China de Xi Jinping debió reducir, entre otros temas, sus programas asistencialistas a países de menor desarrollo

OPINIÓN

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Agustin Garcia Villa / Des... Propósito / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Aunque en apariencia la República Popular de China cerró el 2020 mejor de lo que lo hicieron muchos otros países, pues superó rápidamente la crisis generada por el coronavirus surgida ahí a principios del 2020 y acalló con dureza las protestas por la democracia y autonomía en Hong Kong, los brotes de violencia en la región separatista de los uigures y otros muchos problemas internos.

Pero no ha logrado recuperar las tasas de crecimiento económico de hace algunos años, debido entre otras cosas a la guerra comercial que ha enfrentado con el saliente gobierno de Donald Trump y la caída generalizada de la economía mundial a causa de la pandemia.

Eso ha resultado en que la China de Xi Jinping debió reducir, entre otros temas, sus programas asistencialistas a países de menor desarrollo. A través del proyecto de la Ruta de la Seda, China ha otorgado  créditos blandos, frecuentemente sin los necesarios estudios de prefactibilidad, para obras de infraestructura de gran calado a cambio de una mayor influencia política y económica en los países recipientes.
Baste señalar como ejemplo que de 2008 al 2019 financió anualmente obras por más de 40 billones de dólares, pero en 2020 la cifra disminuyó a sólo 4 mil millones, lo que permite inferir que la situación económica de China no es tan boyante como se hace creer al mundo.

Para contrarrestar su actual situación, China impulsa la gestión de nuevas alianzas económicas que le permitan diversificar su comercio e inversiones y penetrar políticamente en otros países a fin de lograr sus objetivos hegemónicos en el mediano plazo.
Así, el 15 de noviembre del año pasado logró una hazaña geopolítica, al haber avanzado en la integración económica de la región Asia-Pacífico con la firma del RCEP (Asociación Económica Integral Regional), en el que se aglutina a los países que forman el ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiatico), además de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda (NZ).

De formalizarse con la aprobación de las respectivas legislaturas, constituiría el acuerdo más significativo a nivel global con más de 2200 millones de consumidores y casi el 30% del PIB mundial.

En adición a lo anterior, también casi logra la firma de un acuerdo de inversiones con la UE (Unión Europea),  que ampliaría el acceso de inversores europeos al mercado chino y viceversa. El convenio podría, a su vez, derivar en un acuerdo de libre comercio que China ha buscado por años y que sin duda, reforzaría  su fuerza geopolítica a nivel mundial

Para algunos analistas lo que se vislumbra a partir de las últimas gestiones chinas, es su insistencia en  alcanzar las altas tasas de crecimiento registradas en los primeros años de la pasada década y retomar así el soñado camino hacia su posible hegemonía económica a nivel mundial.

Su prisa por formalizar sus acuerdos con países asiáticos y europeos busca avanzar lo más posible antes de la llegada del nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien ha advertido que reconstruirá las alianzas multilaterales con socios tradicionales, como Japón, Australia, NZ, países del sudeste asiático y naturalmente los europeos.

Esa renovación significaría un gran escollo político para las ambiciones del premier Xi Jinping: es posible que muchos de los países involucrados en los tratados aún sin ratificar con China reculen y prefieran adherirse económicamente a los EU, país del que a excepción del periodo Trumpiano, siempre han sido aliados.

El retorno de los demócratas a la Casa Blanca es un factor que sin duda afectará los planes futuros de China. Biden ha dejado muy en claro su interés en promover la planta productiva norteamericana y proteger la venta o plagio sus patentes, en particular las de alta tecnología, que pudieran ser transferidas a sistemas de espionaje de países no aliados, tanto como el multilateralismo económico, lo que puede afectar tanto la formalización del RCEP,  como limitar el acuerdo de inversiones con la UE, y por tanto los planes chinos en el mediano plazo.

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA ECONÓMICO
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM