La promesa de construir una cuarta transformación en México se convirtió en el grito de batalla de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, a dos años de haber asumido el cargo, no ha logrado materializarla.
Arranca su tercer año de gestión y es momento de pasar del discurso a los hechos.
Él mismo lo dijo en su Informe de gobierno de diciembre: ya está aceitada la maquinaria, están sentadas las bases para consolidar este proyecto de gobierno.
No obstante, las condiciones actuales hacen pensar que no será sencillo. La situación que vivimos es muy distinta a la que AMLO imaginó en 2018.
Queriéndolo o no, el futuro económico, político y social de México dependerá de la capacidad del gobierno para salir de las crisis provocadas por la pandemia.
Agentes internos y externos advierten que, si la crisis económica provocada por la influenza tardó una década en recuperarse, la derivada del COVID-19 demorará dos.
Las primeras afectaciones, dicen los expertos, se vieron a finales de 2020, con la pérdida de 12 millones empleos y el cierre de miles de medianas y pequeñas empresas, pero lo que viene en las primeras semanas de este 2021 será devastador.
La cuesta de enero, por ejemplo, tardará más tiempo en remontarse para el ciudadano de a pie. Si bien le va, por ahí de abril verá una ligera mejoría. Pero para las grandes compañías, aquellas que dependen de los grandes créditos financieros, las dificultades empezarán a sentirse de inmediato.
Se espera incluso que los bancos den un giro y endurezcan sus políticas crediticias, lo que dejará sin capital a grandes consorcios, y eso, a corto plazo, tendrá un efecto negativo. Eso impedirá la generación de nuevas fuentes de empleo, pero lo peor es que muchas compañías lanzarán a la calle a miles de trabajadores. Y, frente a ello, no hay una sola política pública que pueda impedirlo.
El gobierno se ha negado a dar apoyos a medianas y grandes empresas. Por el contrario, la Comisión de Salarios Mínimos aprobó un incremento por encima de la media histórica, lo que, sin duda, dicen los patrones, complicará más la subsistencia de muchas empresas.
Así de complicado pinta el panorama para el arranque del año en materia económica, pero otro de los grandes desafíos de AMLO estará en la aplicación de la vacuna contra el COVID-19. La salud de los mexicanos depende de que el gobierno logre una cobertura en tiempo récord. La pandemia no cede y el tiempo apremia.
Quiérase o no, eso influirá también en el ánimo de los mexicanos de cara a los comicios del 6 de junio, donde López Obrador será sometido a su primer gran examen. Pero del manejo de la economía y la estrategia contra la pandemia dependerá la segunda mitad de este gobierno. No hay vuelta de hoja: la cuesta de enero incluye a la 4T, que en sólo un año dejó caer la economía en 8.5 por ciento.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “El que tiene que ser diferente eres tú, no el año nuevo”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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