COLUMNA INVITADA

De las reformas y otras historias

Innovaciones tecnológicas o simplemente regresar a un pasado que muy pronto en el mundo dejará de existir

OPINIÓN

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Jorge Lavalle / Columna Invitada/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Nuestro país que tanto orgullo ha generado como exportador neto de petróleo, se encontraba desde hace años ante una importante disyuntiva, modernizarse y aprovechar las ventajas y herramientas que muchos otros países ya estaban utilizando para
potencializar sus capacidades energéticas o rezagarse. Algunos no lo saben, pero desde hace varios años México es un importador neto de hidrocarburos.

En 2008, la primera vez que el ejecutivo federal presentó una iniciativa de reforma energética integral como la que hoy tenemos, incluía no sólo la apertura a la competencia y eficiencia de los muchos eslabones que componen las diferentes cadenas del sector,
también dotaba al estado mexicano de diversas herramientas que le permitieran maximizar sus recursos y estrategias de inversión, el aprovechamiento de otras fuentes de energía como las limpias y renovables, al igual que el fortalecimiento de los órganos
reguladores (CRE y CNH) que permitieran la sana competencia con las mejores condiciones para el estado.

Lamentablemente, la reforma no fue aprobada en estos términos por cálculos políticos y electorales y se terminó aprobando una serie de modificaciones que, si bien parecían superficiales, sentaron bases importantes para documentar la necesidad de una reforma de mayor calado como la que se aprobaría en 2013 - 2014.

Por ejemplo, para el tema de petrolíferos la apertura hubiera significado en 2008, cuando el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación era de 85 USD/barril y que llegó a superar los 100 dólares unos años después, esto por una parte hubiera generado grandes ingresos para el estado, pero en contraste nos dejó más negativos pues ante el alza en precios y los incrementos en la necesidad de importaciones de hidrocarburos se tuvo disponer en subsidios de gasolinas y diésel entre 2008 y 2012 de “tan solo” 619 mil millones de pesos para evitar picos inflacionarios y se dañara también la economía familiar. Pero ¿cuáles hubieran sido las consecuencias positivas?

En un periodo de implementación de entre 2 y 3 años hubiéramos llegado a observar un claro incremento en las inversiones en el sector de exploración y extracción, teniendo resultados significativos en las reservas de petróleo y gas, al igual que en la producción y en consecuencia una incidencia importante en los ingresos del estado, observaríamos nuevas reglas del mercado y actores, por lo que se concretarían proyectos de almacenamiento, transporte y distribución con agentes privados que reforzarían nuestra seguridad energética, hubiera permitido iniciar con mayor tiempo un plan de transición energética aprovechando el enorme potencial renovable de nuestro país, etc…

La Reforma Energética de 2013 es consecuencia del potencial observado en el 2008, y aún necesita tiempo para terminar de implementarse y consolidarse y aunque que hoy en día el gobierno (a su manera) sigue utilizando estas herramientas, en este sector las circunstancias y tiempos son muy importantes, la actual administración se encuentra otra vez ante la misma disyuntiva de transitar hacia un sector energético limpio, competitivo, versátil y que aproveche las oportunidades y rampantes cambios e innovaciones tecnológicas o simplemente regresar a un pasado que muy pronto en el mundo dejará de existir o posiblemente sólo exista en México.

POR JORGE LAVALLE
SOCIO DE ACCURACY LEGAL AND CONSULTING
@JLAVALLEMAURY 
JLM@ACCURACY.COM.MX
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