Cuando se trata de gestión gubernamental, la 4T no reflexiona mucho las cosas. Es más, las hace al aventón.
Critica el abasto de medicinas que hubo en el pasado, para luego ocasionar desabasto y una proliferación sin precedentes de mercados negros de fármacos. Insiste en que la energía eléctrica sea solo nacional, para tener apagones. Presume ser un gobierno en pro de las mujeres, para pasar a detentar el triste récord en feminicidios a nivel nacional. Informa que se cuenta ya con 124,000 vacunas para 128 millones de mexicanos. Jura y perjura que el aeropuerto en Texcoco destruiría el ecosistema, para más tarde desolar cientos de hectáreas de selva virgen por donde pasará el contaminante Tren Maya.
Le encanta afirmar que ya no hay huachicol, para que los números muestren otra realidad. Fanfarronea acerca de una economía “que va muy bien”, para descubrir que todo va muy mal y que lo único presumible es la cantidad de remesas que entraron al país el año pasado, cortesía de los migrantes que salieron huyendo de México.
Los ejemplos son innumerables, y en cada rubro de la administración pública se constata el hecho de que las cosas se hacen sin cuidado, sin pensar.
La última muestra se dio cuando la Secretaría de Educación Pública expidió títulos y cédulas con faltas de ortografía (entre otras, mala acentuación o confusión de letras en los títulos). Hace poco la SEP también había publicado libros de texto gratuitos con importantes errores. Esto es, la instancia que debería velar por la formación del presente y futuro de nuestro país, ni siquiera tiene el cuidado de contratar a un editor o ‘de perdida’ usar el procesador de textos incluido en cualquier paquetería de cómputo.
Es el colmo de los colmos, porque los títulos, certificados y diplomas correspondientes, son documentos de carácter oficial que dan testimonio de la veracidad de los estudios concluidos por el profesionista en cuestión.
Por supuesto, estos yerros no son para fastidiar, ni se señalan aquí con ánimo de exponer la ignorancia de los encargados de generar estos comprobantes de estudios. Pero sí demuestran que hoy, más que nunca, el trabajo burocrático se está realizando sin cuidado. Ni siquiera cuando se trata de un documento que se utilizará para cuestiones de lo más serias, o cuando se trata de distribuir medicinas oncológicas que significan la vida o la muerte.
La Cuarta Transformación pasará a la historia de forma especial. Será sinónimo del ‘cuarto trastazo’ o de hacer las cosas al ‘cuarto para las doce’ o del resultante de acciones ‘a la primera de cambio’. Una transformación donde nadie se hace responsable de lo que está sucediendo —y pudiera llegar a suceder.
Es por los millones de votos que recibió Andrés Manuel López Obrador que muchos ocupan hoy puestos de representación popular, y en las cámaras legislativas también se puede visualizar la falta de atención con que se hacen las cosas; muchas veces sin revisarlas o pedir que alguien más lo haga.
A trompicones nos damos cuenta de los errores garrafales que nos propinan todos los días personas que no saben, y tampoco les interesa saber, el cómo hacer las cosas adecuadamente; ellos cobran y la población de México recibe al ‘ahí se va’ su terrible e indolente forma de gobernar.
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POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO