COLUMNA INVITADA

Inversión militar en la era postcovid

Los efectos se van a sentir en los presupuestos gubernamentales de 2021. Si bien se espera que los fondos militares sean afectados, el impacto será menor al de otros sectores

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Director de la compañía Jane's en Washington, DC. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 2020 ha sido un año catastrófico para la economía mundial y va a contraerse en más de 4.3%, arrastrando a 130 millones de personas a la pobreza extrema, de acuerdo con la ONU

Los efectos se van a sentir en los presupuestos gubernamentales de 2021. Si bien se espera que los fondos militares sean afectados, el impacto será menor al de otros sectores. 

Por ello es importante que la inversión disponible sea encauzada a proyectos que busquen innovar en campos de poder nacional, contribuyendo al desarrollo económico.     

· Ha sido un año intenso para las Fuerzas Armadas del mundo, ya que a lo largo y ancho, sus capacidades logísticas han sido empleadas para detener el avance del virus y en algunos casos contrarrestar sus efectos. Han establecido hospitales e implementado toques de queda. 

Durante 2021, las fuerzas militares del mundo seguirán siendo empleadas para apoyar la distribución, protección y en algunos casos aplicación de millones de dosis de vacunas

· Además, muchos países ven la inversión en sus Fuerzas Armadas como una herramienta para proteger e incluso impulsar a sectores industriales que clasifican como críticos, en especial el aeroespacial y de alta tecnología.

· Más allá del coronavirus, los campos de batalla de 2020 –Siria, Libia, Armenia-Azerbaiyán– así como las regiones que se encuentran bajo tensión de conflictos armados –Europa del Este, Golfo Pérsico y el Sureste de Asia– denotan un incremento significativo en el uso de drones, lo que requiere de inversión en robótica, control del espacio, entre otras.  

Varias naciones apuestan al desarrollo de estas tecnologías, pues más allá del campo de batalla, las ven como claves para su futuro.

Por ejemplo, en Reino Unido, cuya economía se encontraba bajo tremenda presión por las medidas de austeridad, así como por el Brexit antes del coronavirus, el gobierno de Boris Johnson anunció en noviembre una monumental inversión para el sector de defensa.

Con esto, Londres pretende incentivar a que su base industrial se concentre en desarrollar sistemas de inteligencia artificial, así como fomentar su capacidad para operar en el espacio, al punto que ha creado un Comando Espacial. 

Estados Unidos –cuya inversión en defensa comprende 42%, equivalente a presupuestos enteros de los 14 países más fuertes– el presidente electo Joe Biden tendrá la enorme tarea  de reestablecer las relaciones diplomáticas con sus aliados en un tono de estabilidad distinto a la retórica agresiva de la administración actual. 

En especial, deberá fortalecer una alianza que sirva de contrapeso a Rusia, Irán y China, por lo que no podrá escatimar en recursos.    

Para México, si bien la inversión en defensa es mínima –0.5% de su PIB comparado con 2.2% mundial–, es importante que la poca inversión sea encauzada a programas de investigación y desarrollo que apoyen los sectores tecnológico, científico y educativo, en especial para innovación que tenga aplicaciones civiles, como, por ejemplo, el desarrollo de radares, drones, simuladores y biotecnología, proyectos llevados a cabo por una alianza entre Sedena, Semar y el Conacyt desde 2015 a la fecha.  

POR ÍÑIGO GUEVARA MOYANO
*DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA JANE'S EN WASHINGTON, D.C.