SIN ROLLOS

La Liguilla de la pandemia

El torneo sui géneris que vivimos se encuentra en la recta final, pero sin duda el favorito está muy claro

OPINIÓN

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Créditos: Foto: Especial

Un torneo atípico tenía que finalizar de manera atípica. Como si de un guion de Camus o Sartre se tratara, en el Guard1anes 2020 aparecieron franquicias nuevas y reglas nuevas.

Como si en una fiesta de la alta sociedad, algún “gamberro” apagara la luz para proceder a saquear a los desprevenidos, así actuó la pandemia en algunos; entre esos oscuros personajes que reptan entre el olor a dinero y lo más abyecto de sus intereses, y que
siempre aparecen para “hincar el diente a los incautos”, así aprovecharon el COVID-19 algunos dueños de la pelota.

En enero de 2019 el torneo arrancó con gente en los estadios y el Morelia era equipo de Primera División. La desgracia cegó al mundo, el maldito virus chino se apoderó de cada metro cuadrado del planeta y nos mandó a guardar a casi todos. Aunque las lerdas autoridades de nuestro balompié se tardaron en parar la liga, finalmente tomaron conciencia, siguiendo el ejemplo de otros países; algunos incluso con mucho menos recursos que el nuestro, pero con mucha mayor claridad de ideas y sentido de unidad
nacional. Aquí, por ejemplo, el que manda todavía no se pone el cubrebocas. Qué mala broma. De verdad. 

Para no continuar con las pérdidas millonarias, principalmente por concepto de derechos de televisión, los dueños de los equipos y sus empleados de la Federación y la Liga, decidieron inaugurar un campeonato al que denominaron con un guiño macabro de
humor negro: Guard1anes 2020.

Buscando afanosamente recuperar algo de lo perdido durante el confinamiento, los equipos abrieron sus puertas a la televisión, pero no a los estadios (tal y como ocurrió en todo el orbe futbolístico). Y en ese tiempo en que la población estaba más preocupada por no infectarse con el virus maldito que por cualquier otra cosa, vino la canallada, la puñalada trapera y a Morelia, plaza bellísima en todos los sentidos, la dejaron sin equipo del máximo circuito. Así, sin más, se inventaron que Mazatlán podía ser un reducto eminentemente futbolero, cuando todos sabemos que la pelota que gira por aquellos lares es la pelota caliente.
Así de raro fue el torneo del Covid, que fue dominado por los de siempre y en el que reapareció el extravagante repechaje.

Sorpresas? Pocas en realidad. Si acaso el Puebla alcanzó a dar la nota, al eliminar al otrora poderoso cuadro del Monterrey, cuya
eliminación provocó el cese de Antonio Turco Mohamed.

Esta noche se ponen en marcha las semifinales por el título del futbol mexicano. Dos llaves parejas, pero un solo favorito: León. Aunque no cerró tan bien el equipo de Nacho Ambriz, sí fue el equipo que mejor trató la pelota y mejor se apegó a un estilo durante 17 jornadas. Es el avocado a alzar su octava copa en 77 años de una riquísima y colorida historia, con ascensos y descensos. Un equipo, pues, infaltable en la historia del futbol mexicano. Enfrentará a las envalentonadas Chivas que querrán dar la segunda campanada al hilo, después de eliminar al América. Lo dudo. 

Los sorprendentes Pumas no se cayeron en toda la temporada. Se trata de un equipo joven, bien trabajado, rápido y con una dinámica bárbara que intentará dar cuenta del eterno aspirante: La Máquina Cementera de la Cruz Azul, cuya figura central, El Cabecita Rodríguez, intentará devolverle, con goles, la grandeza perdida al equipo de mi admirado y llorado don Nacho Trelles.

Por JORGE MURRIETA.
@joratla