No hay un sólo tema en la agenda de seguridad entre los dos países. Por el contrario, hay múltiples agendas, así como una docena de agencias de EU y mexicanas que empujan diferentes objetivos.
La victoria del candidato demócrata Joe Biden no cambiará de la noche a la mañana las relaciones de seguridad entre México y EU.
El gobierno mexicano se benefició en los cuatro años de la inestabilidad, por las constantes renuncias y cambios, al interior del gabinete de seguridad nacional de Donald Trump. Lo mejor que le puede pasar a México es que no seamos prioridad en la mente del inquilino de la Casa Blanca, como sucedió con Donald Trump, que presionó la relación en los ámbitos de comercio y migración. Sugiero analizar la relación por temas de la agenda.
Narcotráfico. Para el Departamento de Justicia y la DEA es una prioridad la detención de sus objetivos estratégicos en México, sin importar la filiación política de su presidente. Pasando la crisis del COVID-19, EU volverá a presionar con la agenda bipartidista de la otra pandemia de los opioides. La cooperación para la incautación de droga proveniente de la región andina por el Pacífico continuará gracias a la magnífica coordinación con la Guardia Costera de EU.
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Tráfico de armas. Biden tiene en México un aliado para restringir el acceso a la compra de armas y municiones en EU y en el fortalecimiento de la ATF.
Frontera. Este es el tema más complicado porque es necesario equilibrar la protección de las comunidades por la pandemia y mantener los flujos comerciales binacionales.
Migración. El triunfo de Biden generará un ambiente menos tenso para la migración ilegal de origen mexicano; sin embargo puede provocar un llamado al aumento de la migración ilegal y desordenada de Centroamérica que disminuyó por los esfuerzos de México, la pandemia y la crisis económica en EU.
Cooperación militar. México redujo la cooperación militar con EU al reducir la compra de equipo. Sin embargo, la relación entre el Pentágono con sus contrapartes en México (Sedena y Semar) es cordial y no se perfilan cambios sustanciales.
Paz y seguridad internacionales. El 1 de enero México ingresa como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Las consultas con los cinco países permanentes ya iniciaron para definir la agenda de México. Será importante conocer los proyectos de la nueva administración demócrata en temas como operaciones de paz.
Nuestra embajada en Washington tiene la responsabilidad de abrir los espacios de interlocución con la nueva administración. Se enfrentará a que todas las representaciones diplomáticas harán lo mismo. La diferencia es que México pesa en esa capital sin importar quién sea el inquilino de la Casa Blanca. Auguro que la relación seguirá siendo complicada, sin grandes cambios y respetuosa.
POR GERARDO RODRÍGUEZ
GERARDO_RSL@YAHOO.COM
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