FOTÓGRAFO

Fotografías más allá de la memoria

En nuestro país hacia la década de 1920 y 1930, se desarrolla una nueva manera de hacer fotografía caracterizada por integrar elementos y objetos que anteriormente no eran captados por los artistas, o por retomar géneros que ya habían sido explorados...

OPINIÓN

·
Bernardo Noval/Colaborador/ Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

Las fotografías que aparecen durante este período, además de constituirse como memoria en imágenes, también registran hechos, anécdotas, relatos y hasta la misma historia; son documentos, pero también pueden ser más que información.

Algunos autores, como Manuel Álvarez Bravo, lograron fotografías que van más allá de la memoria; a lo largo de ocho décadas, desarrolló una obra que constituyó el inicio de la fotografía moderna; aunque el prestigio de sus imágenes es global, su temática es más bien local, fundamentalmente México y sus habitantes, un mundo cotidiano convertido mágicamente a través de su mirada y su cultura, en un mundo ideal compuesto de formas y significados universales. 

Manuel Álvarez Bravo nace en la Ciudad de México, en la calle de las Escalerillas, hoy Guatemala, el 4 de febrero de 1902. En 1923, compra su primera cámara y al finalizar la década se lanza a fotografiar el centro de la capital del país con el fin de participar en un concurso de escaparates; abre también una galería en su casa y funda, con un grupo de intelectuales, el “Cine Club Mexicano”.  

Para la lente del fotógrafo que retrató a Salvador Novo y Frida Kahlo, entre otros artistas de su época, también posaron niños, mujeres y hombres de los cuales se desconoce su identidad. Hacia 1931, también en su vivienda de Guatemala 20, Álvarez Bravo captura a una joven recargada sobre un barandal que mira hacia abajo; por el tono cotidiano de la imagen, es de suponer que quizás fue fotografiada en una de esas habituales tardes de domingo propicias para la melancolía.       

El ensueño (1931) es el título de dicha imagen que se convertiría en una de las obras más icónicas del fotógrafo; en 1977, la curadora Susan Kismaric la eligió como una pieza principal de la exposición de Álvarez Bravo en el Museum of Modern Art de Nueva York.

Casi 90 años después, el inmueble donde el fotógrafo capturó a dicha joven, surge nuevamente gracias a la labor de Grupo Habita por restaurar el edificio y  dar vida a la casa donde nació y vivió el fotógrafo mexicano durante su juventud. 

Círculo Mexicano es el nombre de este hotel boutique que conserva gran parte de su encanto y el cual recuperó su esplendor original gracias a los arquitectos Jorge Ambrosi y Gabriela Etchegaray, curadores del Pabellón de México en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2018, quienes rediseñaron extraordinariamente el edificio del siglo XIX. 

El poeta Xavier Villaurrutia alabó la capacidad de Álvarez Bravo de crear potenciales inesperados en el arte, al indicar que el artista hizo “posible que, cuando nos paramos frente a sus mejores fotografías, nos enfrentemos a representaciones verdaderas de lo irrepresentable, a evidencias verdaderas de lo invisible”. 

Mientras que Graciela Iturbide, su más notable discípula, recuerda: “Álvarez Bravo tenía colgado en su laboratorio un papelito con un recordatorio «Hay tiempo, hay tiempo»”…Sin embargo, en octubre de 2002 el fotógrafo abandonó su cámara a los cien años de edad, así como su maravilloso mundo de imágenes. 

 

POR BERNARDO NOVAL

CEO MUST WANTED GROUP

@BERNIENOVAL

@MUSTWANTEDG