La noche del 2 de noviembre de 2012, Hendrik Cuacuas de tan sólo 10 años, disfrutaba junto a su hermana y su padre de la película Ralph El Demoledor, en Cinépolis de Plaza Ermita, ubicada en la alcaldía Iztapalapa, cuando una bala perdida lo privó de la vida. El disparo provenía del exterior, pero atravesó el techo de la sala 2 del complejo cinematográfico, donde se encontraba, según señalaron los peritajes de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Tras su muerte, Jesús Valencia, quien era el jefe delegacional de esa demarcación, determinó suspender las actividades dentro de ese complejo de cine, ya que no se había cumplido con el protocolo de protección civil y un disparo realizado al aire desde el suroriente, habría atravesado el techo de la sala, que era de fibra de vidrio y tenía un grosor de 12 centímetros, así como un plafón falso, ubicada dos metros abajo, para terminar impactando el asiento 16 de la fila G, donde se encontraba el niño.
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La bala perdida provenía del exterior
De acuerdo con los informes periciales, el disparo se realizó a larga distancia, ya que en la sala de cine no hallaron rastros de pólvora ni tampoco en el techo del complejo de cine, aunque sí localizaron otra bala de 9 milímetros y un orificio realizado por un proyectil de ese calibre, cuya trayectoria coincidía con el balazo que impactó el cráneo de Hendrik.
La segunda bala encontrada en el techo del lugar habría sido disparada desde una mayor distancia que la localizada en la cavidad craneana del menor, por lo que no pudo atravesar la lámina de la sala.
¿En que parte del cuerpo impactó la bala al menor?
El pequeño habría sido impactado en la parte superior del hueso parietal derecho de su cráneo, alojándose en la parte izquierda, por lo que habría entrado de arriba hacia abajo, según el director de Criminalística de la PGJDF, Anselmo Apodaca. Hendrik falleció el 4 de noviembre de 2012, tras una operación que le fue realizada para extraer la bala, en tanto que su padre hizo público los hechos hasta 12 de ese mes.
Enrique Cuacas, el padre del menor, aseguraba que en ese sitio ya habían ocurrido hechos similares en más de tres ocasiones; sin embargo, el subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales de la PGJDF, Edmundo Garrido Osorio, rechazó esa declaración.
¿Qué dijo Cinépolis del caso?
La empresa mexicana dedicada a la exhibición de películas informó mediante un comunicado que tras los hechos, se llamó a la ambulancia, pero ante la tardanza, personal del establecimiento trasladó al padre y al menor al hospital de la Comunidad Económica Europea, en un auto particular, aunque después lo trasladaron al hospital Dalinde, para realizarle una tomografía, con la que fue posible ver que el menor tenía una bala en en el cerebro. Asimismo, aseguró que una vez que se reportó el fallecimiento, se brindó la información que requerían las autoridades para el esclarecimiento del caso y se brindó apoyo a la familia, con una indemnización.
Por su parte, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) interpuso una queja de oficio con el fin de que se hiciera lo posible por encontrar al responsable, y se dieran a conocer las razones por las que la PGJDF comenzó la investigación 10 días después de los hechos. Por su parte, la familia Cuacuas Gómez se acercó a esta institución para que se garantizara un proceso justo y dar con las personas que le arrebataron la vida a su hijo.
