VIDA Y AMOR

Síndrome de Houdini: experto de la UNAM explica qué es y cómo afecta a las relaciones amorosas

El famoso mago y escapista es el punto de referencia para las personas que tienden a no responsabilizarse de sus vínculos afectivos

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El Síndrome de Houdini no existe, es no quere tener responsabilidades de pareja, sostiene investigador de la UNAMCréditos: Foto: BING

La pronta popularización del término ‘Síndrome de Houdini’ se diseminó entre los jóvenes, por lo que algunos bloggers han aprovechado la coyuntura para explicar de qué se trata; sin embargo, este término no tiene respaldo de la comunidad científica ni académica, por lo que un investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM desenmascaró esta supuesta patología.

Ricardo Trujillo, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que lo que se está dando a conocer como un “síndrome” no es más que la psicopatologización de la condición humana, pues se trata de un fenómeno del que se tiene registro desde hace más de 200 años, pero que con la banalidad de la vida cotidiana en plataformas digitales ha cobrado un poco más de popularidad.

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¿Qué es el Síndrome de Houdini?

No es un síndrome, es parte de la conducta humana cuando no quiere ser responsable de sus vínculos

El supuesto síndrome recurre al referente de Harry Houdini, el famoso escapaste de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX. El referente es obvio, “una persona que escapa”, por ello, cuando una persona que establece un vínculo afectivo y decide abandonarlo, se suele decir falsamente que es una persona con este síndrome.

Sin embargo, un síndrome es una condición que consiste en una serie específica de síntomas y características de una enfermedad o un estado específico que generalmente conlleva una connotación negativa. Como ejemplos de síndromes está el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) o el Síndrome de Down.

Esto quiere decir que calificar como un “síndrome” al acto de abandonar los lazos afectivos y personales de manera repentina le quita responsabilidad a quien incurre en dicha acción. Esto se traduce en que el acto de abandono o alejamiento repentino puede ser normalizado, comprendido y hasta justificado; no obstante, el contrapunto de esta postura representa la pérdida de responsabilidad cuando se quiere generar un vínculo afectivo como de novios o amigos.

En este sentido, la UNAM recalca que el falso Síndrome de Houdini es como el de Peter Pan, el de la Cabaña o el de la Cara Vacía, es decir, no están catalogados como una condición patológica, enfermedad ni síndrome por ningún tipo de autoridad: Capítulo V de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA).

La conectividad facilita el establecer relaciones superficiales

Por su cuenta, Trujillo Correa fijó una postura que alude a las cualidades éticas y morales del individuo, donde el sujeto decide establecer vínculos superficiales o poco profundos por diferentes motivos y, de esta manera poder deshacerse de ellos más fácilmente, incluso, si llega a tener conocimiento de la existencia de este “síndrome”, buscaría excusarse. “Alguien puede aprovecharse de ello y justificarse: ‘Perdón, yo escapo, huyo de un vínculo emocional profundo y duradero con otra persona porque sufro el Síndrome de Houdini’”.

Redes sociales y vínculos afectivos

Los seres humanos han optado por establecer vínculos afectivos cada vez más distantes y basados en mecanismos de consumo y comercio. FOTO: Especial

La popularización de este término se debe a que, de manera cultural, los seres humanos han optado por establecer vínculos afectivos cada vez más distantes y basados en mecanismos de consumo y comercio, por lo que la manera de generar relaciones humanas cada día se tornan superficiales e inmediatas.

Estas características culturales no son nuevas, pero de acuerdo con Trujillo, las condiciones de las sociedades capitalistas, donde el valor de los vínculos se establece a través de su óptica, permea diferentes aspectos de la vida cotidiana y permiten más fácilmente el escapismo emocional y una prueba de ello es el surgimiento del ghosting como expresión común para otro tipo específico de abandono.