NEGOCIÓ SU LIBERTAD

La secuestraron por error, y logró salir con vida gracias a esta estrategia

Llegó a sostener conversaciones muy profundas con uno de sus captores

La secuestraron por error, y logró salir con vida gracias a esta estrategia
Shulamit Graber vivió un secuestro nada común Foto: Instagram / @shulamitgraber

Era un día soleado, con mucho calor, cuando Shulamit Graber salió a correr. Era el día, la hora y el momento equivocado, aunque no lo sabía en ese momento. Cinco minutos más tarde pudo ver un auto que la observaba, y en breve la abordaron sujetos armados en una camioneta y la privaron de su libertad.

La psicoterapeuta fue trasladada a una casa de seguridad, como contó al programa de YouTube de Silvia Olmedo, donde le pidieron que le pusiera precio a su vida. Como no respondió llegó la primera llamada a su esposo, donde se dieron cuenta que se habían equivocado de persona. Supuestamente iban por una importante política.

Crédito: Cuartoscuro

Pese a ello, no la dejaron escapar. Ellos consideraron que ya se había invertido lo suficiente en llevarla hasta allá y no querían pasar por la recuperación de su víctima original, por lo tanto se quedaron con ella y continuó el secuestro hasta el momento en que pagaron el rescate.

En ese momento comenzó a negociar su libertad, pero no directamente. Decidió utilizar sus conocimientos profesionales para analizar a estas personas, y meterse en su cabeza. Gracias a esto logró recuperarse, y salir viva de la estresante escenas. Su primer paso fue hacer preguntas.

Crédito: Instagram / @shulamitgraber

A través de cuestionamientos clave, le hicieron saber información muy interesante. Por ejemplo, que el secuestrador era un titulado en Filosofía, quien tuvo una vida llena de desgracias. Desde el principio fue abandonado, y el hombre que lo encontró para quedárselo, siempre lo trató mal, incluso con golpes.

Comenzó a ganar la confianza de sus captores, a pesar de que insistían en que su esposo no estaba cooperando con el rescate. Incluso le aseguraron que nadie le haría daño, pero no fue del todo verdad, pues en algunos momentos ejercieron violencia psicológica para hacerla entrar en pánico.

El día que cerraron el pacto, fueron hora duras. Primero amenazaron con venderla a otra banda porque ya no podían mantenerla, por lo que la hicieron hablar con su esposo, con quien lograron un acuerdo y la liberaron en el parque Naucalli, en Satélite, Estado de México, donde tomó un taxi rumbo a su casa.

Fue camino a su liberación cuando se dio cuenta de que las cosas funcionaron, pues el jefe de sus captores le hizo algunas confesiones que no son nada normales en una relación de poder y violencia como la que tuvieron: "Tengo una pregunta y una confesión", fueron sus primeras palabras

"Le quiero confesar que yo no creo en casualidad, creo en causalidad, y creo que usted y yo nos teníamos que conocer. En lo que a mí respecta, la admiro y será aún una mejor terapeuta. Usted marcó mi vida como nadie lo había hecho y le estaré eternamente agradecida. Le daré 500 pesos y quiero que llegue bien a su casa. Tiene mucho que hacer por el mundo", dijo.

Crédito: Cuartoscuro

A lo ocho meses, aproximadamente, los agarraron a todos. Tuvo que presentarse ante las autoridades para identificarlos, y además regresó a la casa donde la mantuvieron secuestrada, con los ojos siempre cubiertos. En ese momento se dio cuenta de que habían secuestrado mujeres de quienes abusaron, y a quienes les cortaron un dedo.

"Era un hombrea sabio. Hoy pienso que el síndrome de Estocolmo es una forma de sobrevivir, aliarse con el otro, hacerse amiga, creer, poder conversar. Sí creo que sea una forma de supervivencia", confesó la terapeuta a Silvia Olmedo.

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