Cientos de historias se tejen en Ciudad Juárez, como la de la noche de este lunes, que se tiñó de sangre con la muerte de 38 migrantes. Se estima que en este municipio fronterizo coexisten cerca de 11 mil extranjeros.
Tras la tragedia, migrantes de diversas nacionalidades se concentraron en las inmediaciones del centro de detención migratoria, en la calle Rivas Guillén. Ahí, en coro, gritaron “asesinos” a funcionarios del Instituto Nacional de Migración que salían del lugar, mientras pasaban por detrás de la valla que colocaron en el lugar.
De un día para otro, el albergue para migrantes se convirtió en un memorial, donde se concentraron las muestras de condolencias y simpatía por los fallecidos: colocaron flores y veladoras a un lado de la valla; tampoco faltaron las mantas de apoyo a los migrantes y repudio a los xenófobos.
Para Claudia Hernández, de origen venezolano, la ira es el sentimiento con mayor peso, ya que aseguró que el actuar de las autoridades migratorias, su trato y su negligencia, generó esta tragedia. Dijo que su estadía en Ciudad Juárez ha sido marcada por la extorsión de las autoridades de migración.
Agustín Solís, quien asegura haber estado más de cuatro veces recluido en la estación del INM, afirmó que no se trata de un albergue temporal, sino de un centro de detención, en donde les retiraban desde las cintas de calzado, encendedores y cualquier objeto punzocortante. El venezolano no se explica realmente cómo fue que se suscitó este incendio.
El originario de Venezuela, Danny Fernández asegura que la realidad es una: ante el incremento de migrantes en esta ciudad fronteriza, cada día los reciben peor. “La mayoría de migrantes nos conocemos e identificamos, a tal grado que las autoridades comenzaron a hacer redadas, y eso fue justo lo que sucedió y pueden ver lo que sucedió”.
Los migrantes encerrados en el centro de detención habían sido retirados de las calles el lunes por la mañana, ya que se encontraban en los cruceros en donde se dedicaban a limpiar cristales y a pedir apoyo a los juarenses para poder subsistir mientras esperaban el veredicto de Estados Unidos para obtener una visa humanitaria e intentar realizar el sueño americano.
En tanto, el gobierno de Guatemala confirmó que las 28 víctimas mortales son originarias de Quetzaltenango, Huehuetenango y San Marcos, todos colindantes con territorio mexicano y municipios del sureste chiapaneco.
El Departamento de Migración de Guatemala y el ministerio de Relaciones Exteriores ha iniciado con los protocolos para reclamar los cuerpos.
Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, ofreció su ayuda a México para investigar las causas del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez.
SIGUE LEYENDO:
PAL