MÁS ALLÁ DEL SONIDO PIRATA Y MEDIO METRO

Ligue y baile cuerpo a cuerpo: así se vive una noche sonidera en la Merced

Las calles del famoso mercado se rinden ante el talento de los DJ´s y los amantes del género que trasnochan sus pasiones

NACIONAL

·
El sonidero ha expandido sus fronteras más allá de los límites de la CDMX y el Edomex.Créditos: Cuartoscuro

Son las 6:49 de la tarde y el sol ya se ocultó al poniente de la Ciudad de México, es domingo y el Mercado de la Merced ya comienza a bajar sus cortinas después de una jornada de actividad intensa y constante desde las seis de la mañana. Entre los apretujados pasillos la gente se despide, pone candados, levanta y guarda mercancía, recoge basura y cobra su semana porque sí, hoy es día de pago en La Merced, como cada domingo.

El ir y venir de personas a esta hora de la tarde incluye tanto a trabajadores como a dueños de locales por igual, algunos de ellos se apresuran bajo las lonas con algún mojito, "azulito" o caguama en mano; no tienen pensado irse a sus casas. Al menos no todavía. La tarde es joven y ya se escucha la música al final de la calle General Anaya, punto de encuentro de uno de los sonideros que se espera toquen esta noche.

Las calles capitalinas se llenan de vida al ritmo del baile y la música. FOTO: Cuartoscuro

Noche de sonidero en La Merced

Tras los meses en los que la pandemia de Covid-19 casi vació los pasillos del famoso mercado ubicado en el corazón de la Ciudad de México, las personas, incluidos por supuesto los miles de trabajadores que laboran diariamente en algunos de los cientos de locales que constituyen este importante polo comercial, ya pedían un respiro de normalidad y el regreso no solo de los clientes a niveles prepandémicos, también la vuelta de los sonideros a las calles de este inmenso barrio citadino. 

El movimiento sonidero surge en la segunda mitad del siglo pasado. FOTO: Cuartoscuro

Hoy domingo tocarán cuatro agrupaciones comenta Jorge, un locatario que además de vender frituras en el mercado, también tiene su propio sonido por lo que no desaprovecha la oportunidad para realizar la convocatoria al visitante y a quienes caminan en ese momento por uno de los pasillos apurando el paso mientras sostienen bolsas con mercancía. Menos de una hora después decenas de personas ocuparán este rincón de la Venustiano Carranza y casi en la oscuridad, bailarán al ritmo de salsa, cumbia, guaracha, bachata y otros ritmos tropicales.

Ligue, sudor y baile

Los DJ´s amenizan fiestas de barrio, privadas o colectivas. FOTO: Especial

Aquí esta noche la gente se sacude el estrés, el cansancio y el sueño. Con los épicos pasos del barrio, los bailarines parecen dar cátedra de buen baile, de sabor y estilo, aquí el calor y la transpiración solo se combaten con el intenso movimiento de caderas y de brazos, el roce de las yemas de los dedos, el jugueteo de la mirada, el sonido del calzado raspando el pavimento. Y la sensación de que por unos minutos, nada existe mas allá que el aquí y el ahora. Un estado emocional colectivo, similar a la euforia.

No hay un soplo de viento en el entorno, solo los murmullos, el choque de los envases y la música: el sonidero recupera su espacio y roba energía a la agonizante jornada dominical. Los participantes de la celebración callejera saben que este espacio, por ahora, les pertenece y así será hasta pasada la medianoche, quizá una o dos de la mañana, cuando la última agrupación desconecte las bocinas, las luces, la tornamesa sea retirada y sobre todo el protagonista de la velada, el micrófono, sea guardado en su envoltorio, hasta la siguiente ocasión.

La CDMX como cuna del género

Los salones también se han convertido en espacios para los sonideros. FOTO: Cuartoscuro

Algunos historiadores aseguran que los primeros sonideros aparecieron en CDMX en la década de los años 40; la fecha exacta es difícil de precisar y ningún experto en el tema se ha aventurado a señalar un año preciso, incluso hay quienes extienden este periodo hasta principios de los años 60, época en que otras voces aseguran fue cuando este estilo se comenzó a consolidar. 

Sin embargo, surgieron como una alternativa más accesible, colectiva y popular, a las grandes fiestas de XV años, bodas o cumpleaños que la clase más favorecida celebraba con fastuosidad en sus residencias, punto hasta el que asistían agrupaciones contratadas con el objetivo de amenizar estos eventos sociales.

Ubicación del Mercado de la Merced en la CDMX. FOTO: Especial

Por ello, las personas que habitaban a mediados del siglo pasado diminutas casas de los barrios populares en la capital del país, aprovecharon para comenzar a contratar a personas que se daban a conocer como animadores o disc jockey como una forma económica de amenizar las fiestas de las clases menos favorecidas por el milagro económico que ya experimentaba el México industrial de los años 50. Con el tiempo esta actividad se convirtió en un fenómeno social popular que tuvo como origen la capital de este país, pero que con el paso de las décadas ha extendido su influencia más allá de los límites del Valle de México.

El fenómeno musical o cultural ha trascendido las fronteras del Valle de México. FOTO: Cuartoscuro

Ahora, los mexicanos que viven más allá de las montañas que arropan las urbes capitalinas, son testigos de un fenómeno para ellos novedoso, "llamativo" y muy defeño, el cual expandió su influencia con mayor ímpetu tras la pandemia. Ya no solo es Hidalgo, Querétaro o Morelos. Estados como Tlaxcala, San Luis Potosí, Nuevo León e incluso Oaxaca acogen en sus espacios a estas agrupaciones que si bien no son las que más adeptos congregan en provincia, orgullosamente compiten con cualquier otra al ofrecer, ritmo, sabor, estilo y una noche inolvidable mientras las suelas se raspan con sigilo y talento.

El fenómeno sonido rompe las fronteras capitalinas

Su esencia es callejera y su espíritu es "chilango", pero ahora millones de mexicanos han volteado a mirar al sonidero como algo que trasciende más allá de la México-Puebla, la México-Querétaro o la México-Pachuca, el entramado vial que como arterias protegen el espacio etéreo sobre el que se cimentaron reconocidas agrupaciones que en el transcurso de más de medio siglo han hecho del micrófono y las tornamesas un movimiento subterráneo que da espacio a la convivencia, al disfrute, al ligue, al bailongo o al arrabal. Aquí todos tienen su espacio, pero el protagonista es la música. 

"Medio Metro" y la "Cholondrina" bailando al ritmo de Sonido Pirata. FOTO: Especial

Los foros se han diversificado para los sonideros actuales; las calles, que siguen reclamado los tumultos y el bullicio, han cedido "derecho de antigüedad" a aquellos centros de baile, plazas, bares y locales que en ciudades de provincia acogen a los DJ´s y reciben con entusiasmo a los sonideros capitalinos. Ya sea que una popular mezcalería del corazón de Oaxaca arrope a "La Changa" o que Sonido Pirata amenice la velada de 10 mil personas en Zacatelco, Tlaxcala. En ambos casos la memoria de los asistentes sellará su paso en la colectividad social, cultural y nocturna de estas localidades.

Seguir raspando la suela

Los sonideros se han convertido en un fenómeno musical y cultural identitario del centro del país.FOTO: Especial

Ahora el sonidero experimenta una transformación, su influencia se expande y nadie podrá detenerlo, la demanda del público así lo exige, y solo tendrán que adaptarse a las necesidades del mercado. Esto no significa que hayan quedado atrás las fiestas populares ni callejeras, o que el espíritu que prevalece en esta tarde de domingo en La Merced vaya en decadencia. En absoluto.

Solo crecerán sus adeptos, fusionarán nuevos estilos y con otros ritmos contribuirán al desgaste permanente de más y más suelas que sobre el asfalto pulen la historia de la Ciudad y la limpian para que cada mañana de lunes la euforia de la noche previa llene de ánimos a las miles de almas que cada día hacen de este mercado uno de los sitios con mayor efervescencia económica y cultural de la CDMX. Puro espíritu chilango en actividad. 

SIGUE LEYENDO:

Al interior del gigantesco Mercado de tenis 23 en Tepito: de los clones de 900 pesos a los G5 de más de 10,000

Así es por dentro la bodega VIP de Tepito con marcas de súperlujo a la que sólo se entra con invitación

Un domingo en las entrañas de la Lagunilla: de las "licuachelas" al turismo extranjero, las drogas y el sexo