Esta mañana de miércoles la Corte del Distrito Este de Nueva York, en Estados Unidos, recibió a Harold Poveda Ortega, alias "El Conejo", un narcotraficante de origen colombiano que se identificó como uno de los enlaces principales entre los capos de su país natal y las organizaciones mexicanas como el Cártel de Sinaloa y Los Beltrán Leyva. El testigo señaló haber trabajado para Joaquín "El Chapo" Guzmán e Ismael "El Mayo" Zambada entre 2000 y 2009, muy cerca de otro líder criminal Arturo Beltrán Leyva, conocido como "El Botas Blancas" o "El Barbas".
Su principal tarea, señaló Poveda Ortega, era asegurar cargamentos con cocaína desde Colombia con destino hacia México para posteriormente ingresarlos a Estados Unidos. Fue arrestado el 4 de noviembre de 2010. En 2012 fue extraditado a suelo norteamericano y en 2018 se declaró culpable por haber traficado más de un millón de kilos de cocaína. Hoy está libre bajo fianza en espera de su sentencia.
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Las labores de "El Conejo" iniciaron en el año 2000 trayendo cargamentos de 100 y 200 kilos de cocaína mediante lanchas que arribaban a las costas del Pacífico mexicano, desde Huatulco, en el estado de Oaxaca, hasta Ixtapa Zihuatanejo, en Guerrero, entidad controlada por Beltrán Leyva. Al enterarse de sus negocios, "El Botas Blancas" tenía el objetivo de matar a "El Conejo" pero éste gracias a sus nexos con Ismael "El Mayo" Zambada le pidió protección.
"Era súper buena onda", así describió Poveda a "El Mayo" con el que hizo pactos y traficaban droga a través de barcos pesqueros. En una ocasión Zambada lo apoyó para que regresara a su país sin llamar la atención de las autoridades mexicanas. Ahí fue donde apareció Rey Zambada, quien lo llevó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y lo dejó en manos de policías federales que lo escoltaron para que no pasara por migración.
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Tiempo después, surgió una guerra en Colombia entre los narcos Wilber Varela y Diego Montoya, por lo que Harold temía por su vida, así que pidió al "Mayo" regresarlo a tierras mexicanas. En esta ocasión pudo arreglar sus diferencias con Beltrán Leyva y cuando le mostraron una foto de el capo lo calificó como "su tío".
En su regreso a México, "El Conejo" volvió a la acción y coordinaba cargamentos desde Colombia. Incluso, señaló que en esos pedidos podían venir paquetes de distintos líderes del Cártel de Sinaloa. "Unos me pedían 100 kilos y otros hasta una tonelada". Harold calculó haber traído a México alrededor de un millón de kilos de cocaína, es decir, unas mil toneladas. Trabajábamos mucho, la traíamos en barcos, lanchas, contenedores, por donde se pudiera”, expresó.
Beltrán Leyva quería decapitar a García Luna
Poveda, ya integrado al Cártel de los Beltrán Leyva, comentó que en ocasiones "El Barbas" le pedía contribuir con 300 mil dólares o hasta 600 mil dólares para una colecta que era destinada para el gobierno federal, esto con el objetivo de que recibieran más protección. El colombiano dijo que con estos sobornos recibían apoyo de los federales, municipales y policía de caminos, por lo que "las movidas eran muy tranquilas".
"El Conejo" admitió que jamás conoció a García Luna pero en una ocasión visitó una de las casas de Arturo Beltrán Leyva, donde lo encontró "bastante molesto". Aquel día, el capo le había confesado que habían "levantado" a García Luna en Cuernavaca y que lo iban a matar, que incluso le querían cortar la cabeza como una señal de que "con él no se juega".
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Poveda le preguntó que quién era ese tal García Luna. A lo que contestó Beltrán Leyva que se trataba del encargado de Seguridad Pública durante el mandato del panista Felipe Calderón. “No lo vayas a matar, por Dios. No pienses en hacer eso. Ahí sí que nos vamos a meter en problemas”, le dijo "El Conejo" al "Barbas".
Hay que recordar que las diferencias entre Beltrán Leyva y García Luna comenzaron porque el capo tenía la idea de que el funcionario calderonista lo estaba traicionando y únicamente estaba favoreciendo a "El Chapo" Guzmán, líder del Cártel del Pacífico, organización criminal que estaba en disputa con "El Barbas".
A pesar de que no recordó la fecha del suceso, otros testimonios como el de Israel Ávila y "El Grande" Sergio Villarreal comentaron que el presunto secuestro de Genaro García Luna ocurrió en 2008 sobre una carretera del estado de Morelos. "El Botas Blancas" habló con él para después dejarlo ir. Pero según testimonios de "El Conejo", Arturo Beltrán siempre le comentaba que se arrepentía de no haberlo matado y demostrarle al gobierno su fuerza.
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