El caso del asesinato del ex gobernador priista de Guerrero, José Francisco Ruíz Massieu estremeció a México hace 28 años por la enmarañada red que incluyó a políticos y hasta esoterismo con una vidente que trató de desviar las investigaciones en aquel año de 1994, donde Carlos Salinas de Gortari dejaba la presidencia a Ernesto Zedillo Ponce de León que sustityó al candidato oficial asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta.
José Francisco Ruíz Massieu había acudido a una reunión con 180 diputados electos en el hotel Casa Blanca ubicado cerca del Monumento a la Revolución el 28 de septiembre de 1994. En el momento que se retiraba del lugar, mientras se subía en su automóvil, un joven pistolero apareció para dispararle a quemarropa.
El sicario fue identificado como Daniel Aguilar Treviño, un joven tamaulipeco de cabello corto y complexión delgada que tras disparar una subametralladora, uno de los impactos hirió al abogado de profesión, cuya bala al ser expansiva, dejó herido de muerte al entonces cuñado del presidente Salinas de Gortari quien encargó el caso al hermano de la víctima, Mario Ruiz Massieu como subprocurador de la investigación, quien renunciaría más adelante.
Tras ser detenido, el autor material del homicidio comenzó a dar a conocer a todos los implicados del caso. De acuerdo con el escritor José Agustín, reveló que el tamaulipeco fue contratado por Jorge Rodríguez González, hermano de Fernando Rodríguez González, entonces secretario técnico de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados.
Tanto Jorge Rodríguez como su esposa Maria Eugenia Ramírez Araúz, participaron en el complot del asesinato junto con los hermanos de ella, José Martín y Roberto Ángel Ramírez Arañuz, según reveló el escritor.
Junto con ellos, surgió que el dirigente priista Manuel Muñoz Rocha había sido el autor intelectual del homicidio porque José Francisco Ruíz Massieu apoyaba una serie de reformas que no convenían en el momento.
¿Dónde están hoy los involucrados del asesinato de Ruíz Massieu?
Al saberse que era vinculado con el homicidio de Ruíz Massieu, el otrora diputado Manuel Muñoz Rocha pidió licencia para abandonar su curul, y dos días después no se volvió a saber nada de él, por lo que se especuló que también fue ejecutado.
Por lo anterior, las indagatorias llevaron hasta el hermano del presidente Salinas de Gortari, Raúl, como el autor intelectual ahora de la muerte de Manuel Muñoz Rocha, ante ello, Raúl Salinas de Gortari fue detenido y trasladado al penal del Altiplano.
Raúl Salinas permaneció por casi una década en prisión hasta que 14 de junio de 2005 salió libre al ser absuelto del crimen de su ex cuñado gracias a un reportaje que salió en el noticiero de Joaquín López Doriga donde un testigo dijo que había declarado en su contra ante la PGR tras haber recibido un pago por 500 mil dólares.
Durante la investigación de Ruíz Massieu, en 1996 una esotérica llamada Francisca Zetina alias “La Paca”, acudió a la PGR ya que aseguró tenía información sobre el paradero de Manuel Muñoz Rocha, ya que dijo, era su cliente pues acudía a ella para que “le leyera las cartas”.
De esa manera, “La Paca” fue junto con las autoridades al finca El Encanto donde dijo, supuestamente estaban enterrados los restos del diputado ya que había sentido la vibración de su presencia. Sin embargo, se reveló que la finca pertenecía a Joaquín Rodríguez Ruiz, consuegro de la vidente, y que los restos óseos encontrados no pertenecían a Muñoz Rocha.
Por lo anterior, se supo que Francisca Zetina recibió dinero para crear dicha historia, por ello fue arrestada un año después, pero salió de prisión en 2008 y lo último que se supo de ella, es que se fue a vivir con su hermana en una colonia de Iztapalapa.
Mientras que Jorge Rodríguez González fue arrestado al ser acusado de contratar a Daniel Aguilar para matar a Ruíz Massieu, por lo que recibió una condena por 50 años de cárcel, cuya sentencia fue reducida a 37 años al ser absuelto por portación de arma de fuego.
Lo último que se supo de la reclusión de Jorge Rodríguez fue que en 2018, un tribunal federal concedió libertad preparatoria al acusado, pero no salió de prisión por no poder alcanzar a pagar la fianza fijada. De Daniel Aguilar aún purga la condena máxima otorgada en aquel 1994, por 50 años de cárcel.
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