Mientras a nivel nacional el tema de las reservas de litio que tiene Sonora ha generado grandes expectativas y conflictos políticos, en el pueblo de Bacadéhuachi, que alberga la reserva más grande del país, representa un rayo de esperanza para tener empleo y desarrollo, pero la realidad es que pocos conocen el proyecto y aún no hay nada que explotar.
Al recorrer la comunidad, se siente como el litio sí ha cambiado las perspectivas de la gente, que espera que ya empiece a trabajar la nueva mina.
Pero también los habitantes alertan que los carros, las personas y la maquinaria que cruzaban el pueblo rumbo al yacimiento ya dejaron de pasar; ahora todo es duda.
La falta de empleo es el principal problema, aseguró Francisco Javier Lugo Villaescusa, ganadero local, que dijo que la gente espera algún lugar en el que trabajar y la mina de litio parecía ser la respuesta.
Para trabajar, sólo está una mina de sal activa y la ganadería, que en estos momentos está amenazada por la sequía. Además, hay algunos trabajos en construcción, comercio y el turismo de Semana Santa, comentó Ana Isabel Valenzuela Moreno, encargada de un abarrote.
José Rodrigo Mendoza Abril, constructor, alertó que hay un problema con la falta de agua, pues a veces cierran las llaves de los pozos y eso afecta toda la actividad.
De acuerdo con el gobierno estatal, hay al menos 12 yacimientos de litio, desde Sahuaripa hasta Bacadéhuachi. En este último está el más grande, con una reserva probable de 243 millones de toneladas, de donde se podría extraer unos 4.5 millones de toneladas de carbonato de litio.
El pueblo está en la sierra de Sonora, a cinco horas de Hermosillo. El yacimiento está a 20 kilómetros de la salida sur, por un camino de terracería que sólo se recorre con vehículos de doble tracción.
Ahí la empresa Bacanora Lithium tiene 10 concesiones que abarcan 100 hectáreas. El plan era operar una planta a mediados de 2023; sin embargo, tras la Reforma Minera, la compañía va con cautela.
La postura del gobernador Alfonso Durazo fue apoyar la decisión del Presidente: de que el litio sea patrimonio nacional, e incluso buscarán que Sonora tenga participación en la empresa que lo explotará.
Expertos como Ramón Luna Espinoza, presidente en Sonora de la Asociación de Ingenieros Mineros, aseguran que la ley tiene muchos vacíos y eso genera incertidumbre, además esperar una empresa nacional podría tardar años o décadas.
Mientras, en Bacadéhuachi sufren desesperación y falta de empleo y sólo piden que los “volteen a ver”.
CAR