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El "Estado feminista" en la marcha del ocho de marzo

Aunque el gobierno y las redes difundan la imagen de policías mujeres uniéndose a la marcha, la realidad de nuestro país es una completamente diferente.

El "Estado feminista" en la marcha del ocho de marzo

Once feminicidios en lo que va del año en la Ciudad de México, no me voy a disculpar por no haber abrazado policías en la marcha.

El ocho de marzo regresé a mi casa de la marcha a las once y media de la noche. Me bañé con leche para calmar el ardor en mi piel y tiré mis lentes de contacto a la basura. Después me metí a Twitter y no podía creer lo que estaba viendo. La verdad es que no veía muy bien después de estar un buen rato expuesta a las enormes cantidades de gas que había frente a Palacio Nacional y pensé que tal vez estaba alucinando: “La policía consciente se une al contingente. Jefa Andrómeda: con o sin uniforme todas somos mujeres”, tuiteaba Claudia Sheinbaum con un video de policías uniéndose a la marcha, y no solo eso, mi timeline estaba repleta de fotos de mujeres repartiendo flores a policías e incluso abrazándolas. Me preocupé porque seguro que el gas me había afectado más de lo que había pensado, me fui a dormir muy confundida y todavía con la sensación de que se me caía la piel alrededor de la boca. 

Pero no, no estaba alucinando, el nueve de marzo desperté y ya no solo era mi timeline: eran las noticias, la radio, las conversaciones en la calle. En todos lados hablaban de lo hermosas que eran las fotos de las policías mujeres abrazando manifestantes, ¡incluso uniéndose a la marcha! “¡Qué emoción ver un gobierno feminista con una policía de mujeres que sí nos cuida!” y entonces sí salí de mi confusión y me enojé. 

Primero quiero decir que entiendo que las mujeres que conforman las Ateneas y todas las demás mujeres que forman parte de la policía en la Ciudad de México están en su total derecho de marchar y denunciar todas las violencias que estoy segura que sufren por el simple hecho de ser mujeres en este maldito país feminicida. El ocho de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, así que por donde lo veamos, también es su día. Sin embargo, eso no fue lo que pasó en la marcha. 

Desde 2017, que voy a marchas feministas, se aclara en las convocatorias que estas son apartidistas y se les pide a los partidos políticos que, ya que ninguno defiende a las mujeres los otros 364 días del año, se abstengan de pintarse de morado el ocho. Claro que nunca escuchan, pero de todos los años que tengo participando en el movimiento nunca había visto una campaña tan descarada y oportunista como la de Morena este año. No tardaron mucho en adjudicarse el teatrito de las flores las supuestas “feministas de la 4T”, al mismo tiempo que el partido del Presidente empezó a hacerse publicidad en redes con las imágenes de la marcha. Si bien tienen razón en que todas somos mujeres, las policías que se encontraban ahí no iban como mujeres trabajadoras a protestar, iban como el brazo represor del Estado mexicano que jamás nos ha cuidado. Recordemos que diario son asesinadas diez mujeres en nuestro país por motivos de género. Estas mismas policías, con todo y flores, bloqueaban la marcha pacífica e intimidaban a mujeres (yo una de ellas) en las calles entre Bellas Artes y el Zócalo (¿dónde están las fotos de eso?). 

Y ni hablar de lo que pasaba una vez que te acercabas a Palacio Nacional y a la Catedral. No sabíamos si eran mujeres u hombres quienes estaban detrás de la pared que protegía los edificios de las violentísimas locas que estábamos ahí afuera, pero la manera en la que vi como aventaban objetos y apuntaban mangueras de gas directo a los ojos de mis compañeras no tenía nada de feminista.

Así que no, yo no abracé policías en la marcha, estaba demasiado ocupada buscando ayuda para mis compañeras y tratando de que no se me quemara la cara, porque lo que nos estaban echando no solo era gas lacrimógeno y de eso mi piel y yo estamos seguras. Todas protestamos de manera diferente y eso es muy válido, pero que no se nos olvide que la marcha no es desfile. Mientras en México el Estado siga siendo cómplice de diez femicidios diarios, yo voy a seguir sin abrazarlo.

IL
 

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