El día que Scarlett Vickers fue atacada por su propio padre Simon, había vivido agradables momentos en familia mientras preparaban espagueti a la boloñesa; sin embargo, el repentino cambio del que el agresor asegura no recuerda, terminó con la adolescente de 14 años de edad con una profunda herida con arma blanca de 11 centímetros en su pecho.
A pesar de ello, Simon Vickers que trató de evitar ser sentenciado, indicó que todo había sido un accidente, ya que jamás le habría hecho daño a su hija, indicó; sin embargo, confesó que ese misma noche del 5 de julio de 2024, bebió cuatro vasos de vino y había fumado medio porro de marihuana.
Los fiscales del caso en Darlington, County Durham, Inglaterra, argumentaron que para la herida que sufrió Scarlett Vickers, tuvo que haberse empleado una gran fuerza, el cuchillo debió ser sostenido con firmeza para que tuviera la profundidad cerca del corazón de la niña de 14 años, sin importar que estuvieran jugando al hacerse cosquillas y aventarse algunos objetos.
Ante ello, el Tribunal de la Corona de Teesside finalizó el juicio contra Simon Vickers el lunes al declararlo culpable del asesinato de su hija, por lo que fue sentenciado a pasar los próximos 50 años en la cárcel; sin embargo, Sarah Hall su esposa y madre de la víctima, afirmó que en verdad todo fue un accidente.
Así vivió Scarlett Vickers sus últimos momentos con vida
En su testimonio, Sarah Hall quien se mantuvo en el juicio todo el tiempo junto a su esposo, aseguró que no seguiría con él si hubiera creído que había lastimado a su única hija, mientras recordó cómo fueron los últimos momentos con vida de Scarlett antes de fallecer al ser apuñalada.
Scarlett bajó de su recámara alrededor de las 22:00 horas. De acuerdo con Sarah citada por el Daily Star, los tres platicaron en una conversación que describió como muy amena, ya que hablaron sobre los planes de sus vacaciones. En ese momento, Sarah y Scarlett se aventaron uvas para atraparlas con la boca.
Simon Vickers se unió, y Scarlett tomó unas pinzas de cocina para pellizcar a manera de juego mientras le decía que “no fuera tan cobarde” ya que se quejó que le dolía al atrapar uno de los dedos de su mano. "Ella me empujaba en dirección a donde estaban las tenazas. Puse mi mano sobre las tenazas y las pasé por la encimera de la cocina. Golpearon la esquina de la placa calefactora y por eso salieron volando", dijo Simon.
Al perseguir a su hija, Simon dijo que al tomar las pinzas se le escaparon de las manos, y en ese instante se dio cuenta que algo andaba mal cuando Scarlett exclamó: “¡Ay, ay, ay!”, al verla, de pronto la blusa de su pijama comenzó a teñirse con la sangre al tener el cuchillo enterrado.
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